Un adolescente de 14 años de edad que violó y asesinó a su prima de 6, fue ayudado por sus padres para ocultar los crímenes que perpetró el pasado 8 de marzo en el municipio de Colón, en Querétaro.
Once días después de haberse cometido el crimen fueron encontrados los restos de Dulce Cecilia García León. Estaban dentro de una bolsa enterrados cerca de un cerro en la comunidad de El Blanco.
La tarde del domingo pasado una persona informó a las autoridades haber encontrado un par de tenis dentro de una zanja ubicada entre dos inmuebles de la calle 16 de septiembre; lugar en donde vivía la menor reportada como desaparecida y por quien se activó la Alerta Amber.
Según la Fiscalía General del Estado, días antes la zona fue revisada por las brigadas de búsqueda y el calzado no estaba ahí.
Apoyándose de perros especializados se siguió el rastro de los tenis hasta una zona de cerros, en donde se localizaron bolsas que contenían restos humanos en estado de putrefacción, así como prendas que fueron reconocidas por los padres de Dulce Cecilia.
Además de la cercanía con el domicilio de la menor, en el lugar del hallazgo de los tenis la mayoría de las viviendas de esa calle pertenecen a sus familiares, a quienes interrogaron nuevamente.
De entre los testimonios recabados se encontraron varias contradicciones en los dichos de un menor de 14 años, primo hermano de la víctima, quien terminó por aceptar que él había privado de la vida a la niña.
El (sádico) adolescente relató que el día de la desaparición, vio a la pequeña pasar frente a su casa y la llamó. Ambos ingresaron al inmueble y después de jugar un rato con ella la llevó hacia un vehículo que se encontraba dentro de su vivienda, donde abusó sexualmente de ella.
Para evitar que la niña gritara, le apretó el cuello hasta que perdió el conocimiento y posteriormente la llevó hacia la parte más lejana del inmueble, donde le colocó un alambre en el cuello y apretó hasta asegurarse de que había muerto.
Finalmente, enterró el cadáver al interior del domicilio para ocultarlo. Durante ese fin de semana, las padres del menor percibieron un olor fétido en su patio y al buscar el origen hallaron que una extremidad salía de la tierra.
Al saber de la agresión, los papás del adolescente acordaron desenterrar el cuerpo la madrugada del domingo para colocarlo en bolsas de plástico y tirarlo en otro sitio.
Sin embargo, algunas prendas de la niña quedaron en la casa del agresor, quien tiró los tenis de la niña y otros indicios en puntos diferentes de la comunidad con la finalidad para tratar de desviar la atención de la investigación.
Tras quedar al descubierto el crimen, las autoridades iniciaron un proceso penal en contra del adolescente de 14 años.
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