Imagen: AFP
- Las autoridades mexicanas dicen que la ola de violencia en Jalisco, Guanajuato, Chihuahua, Baja California y Michoacán es para propaganda criminal.
- Además, el presidente Andrés Manuel López Obrador rehusó tildar los ataques indiscriminados contra civiles como «atentados terroristas».
- Dicen que es porque la estrategia federal de seguridad está funcionando y no es necesario cambiarla o modificarla.
Autoridades mexicanas atribuyeron la ola de violencia que ocurrió en varias entidades a la «propaganda criminal» el lunes.
«Los decomisos de drogas (…), el aseguramiento de armas y las detenciones mermaron esta capacidad criminal», dijo en conferencia de prensa el subsecretario de Seguridad, Ricardo Mejía.
«Como reacción (…) y para generar un impacto social, los grupos delictivos realizaron estas acciones con un propósito de propaganda criminal para buscar generar sicosis social ante su disminuida capacidad delictiva», añadió.
Los hechos violentos tuvieron lugar entre el martes y el viernes en Jalisco, Guanajuato, Chihuahua, Baja California y Michoacán.
Los incidentes más graves ocurrieron el jueves en Ciudad Juárez. Allí, un enfrentamiento entre pandillas —presuntamente ligadas al Cártel de Sinaloa— en una cárcel desató una escalada de atentados en esa urbe.
A la muerte de 2 presos en esos choques se sumó el asesinato de 9 civiles en diferentes ataques. Entre ellos hubo un menor, un locutor y 3 colaboradores de una radio que realizaban una transmisión en vivo. Varios comercios y vehículos también fueron quemados.
Previo a esto, un operativo del Ejército contra presuntos capos del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en Jalisco dejó un delincuente muerto. También hubo vehículos y 24 locales incendiados ahí y en Guanajuato, además de bloqueos de vías.
«Las organizaciones criminales quieren sentirse fuertes y generan situaciones de violencia donde a manera de publicidad puedan estar mandando sus mensajes que aún son fuertes», subrayó el secretario de Defensa, Luis Cresencio Sandoval.
Estados Unidos emite alertas por ola de violencia
El viernes también incineraron vehículos de transporte público en Tijuana, Ensenada y Mexicali, mientras que el fin de semana se reportaron bloqueos de carreteras en Michoacán. Esto luego de la captura de 164 integrantes de un grupo de autodefensa.
Esa milicia asegura haberse levantado en armas para defenderse de las extorsiones y secuestros de narcotraficantes. Sin embargo, las autoridades creen que mantienen tratos con el crimen organizado.
Tras los ataques, el gobierno mexicano reforzó la seguridad en Ciudad Juárez y Baja California con cientos de militares. A su vez, los consulados de Estados Unidos en Guadalajara y Tijuana emitieron alertas de seguridad y pidieron a sus empleados mantenerse resguardados.
«Estamos trabajando muy de cerca» con las autoridades mexicanas para «evaluar las condiciones actuales en Baja California», declaró este lunes en Washington el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price.
«Continuaremos comunicándonos a través de mensajes de la embajada y alertas a los ciudadanos estadounidenses», agregó.
Este lunes, el presidente Andrés Manuel López Obrador rehusó tildar los ataques indiscriminados contra civiles como «atentados terroristas».
«No deben verse más allá de la propaganda», remarcó su secretario de Gobernación, Adán Augusto López. «La estrategia federal está dando resultados y cuando algo está dando resultados no tiene por qué cambiarse», agregó el funcionario.
López Obrador también rechazó afirmaciones de opositores de que la escalada violenta está ligada a su plan para que la Guardia Nacional —creada en 2019 bajo un mando civil para garantizar la seguridad ciudadana— pase a formar parte del Ejército mexicano.
México está envuelto desde 2006 en una espiral de violencia ligada al crimen organizado, que deja unos 340,000 muertos.
