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¿Para qué sirve el separar la basura?

¿Para qué sirve el separar la basura?

CDMX, México.- Separar los desechos es una manera consciente y socialmente responsable de cuidar el medio ambiente, pues se facilita el reciclaje de sus componentes que, de otra manera, terminan en un relleno sanitario y contaminan el suelo, el aire y el agua.

De los residuos diarios, 30 por ciento corresponde a envolturas, envases y empaques, botellas, bolsas, cajas, papel y cartón, entre otros.

Por ejemplo, el hecho de comprar un café implica el uso de hasta ocho productos: vaso, tapa, popote, cuchara, servilleta, sobres de azúcar y crema, hasta un cartón corrugado para evitar quemarse.



Con el fin de reducir la cantidad de basura que llega a los rellenos sanitarios y aumentar el reciclaje, el Gobierno de la Ciudad de México, a través de la Secretaría del Medio Ambiente, emitió una nueva norma ambiental: “Separa en cuatro”, la cual entrará en vigor el próximo 8 de julio.

A partir de esa fecha, los desechos se deben dividir en cuatro categorías: orgánicos, inorgánicos reciclables o valorizables, desechos inorgánicos no reciclables y residuos que por su gran tamaño y/o por sus componentes deben tener un manejo especial.

Los orgánicos son residuos sólidos biodegradables de origen natural que pueden “echarse a perder”, como cáscaras de fruta o verdura, restos de comida, cascarones de huevo, pan, tortillas, filtros para café, bolsitas de té, heces de animales, lácteos, huesos, semillas, flores, pasto y hojarasca.

Al clasificar este tipo de desperdicios de manera adecuada se pueden transformar en algo útil, como abono para plantas, alimento para animales de granja, jabones y biogás, un combustible que puede generar energía eléctrica a partir de materia orgánica en descomposición.



En tanto, los inorgánicos reciclables, que abarcan papel, cartón, vidrio, plásticos, metales, ropa, textiles, maderas y envases tetra pack, pueden ser convertidos en nuevos productos si no se contaminan con otros residuos; por eso es necesario apartarlos y así garantizar que se puedan reincorporar al proceso de producción.

Por eso es importante entregarlos de manera independiente al camión recolector, llevarlos a un centro de acopio o al mercado de trueque e intercambiarlos por productos agrícolas cultivados en esta ciudad.

Todos los residuos que logran aprovecharse no llegan a rellenos sanitarios ni tiraderos a cielo abierto y no contribuyen a las casi 13 mil toneladas de desechos que se generan en la capital.

Sin embargo, no todos los desperdicios se pueden aprovechar debido al uso que se les ha dado y estos terminarán en rellenos sanitarios o en tiraderos a cielo abierto, esta categoría es la de desechos inorgánicos no reciclables, como papel higiénico, preservativos, toallas sanitarias, cotonetes, unicel, pañales, colillas de cigarro, curitas y plumas para escribir, entre otros.

La nueva Norma Ambiental NADF-024-AMBT 2013 sobre Separación, Clasificación, Recolección Selectiva y Almacenamiento de los Residuos señala que hay artículos que por su gran tamaño y/o por sus componentes deben tener un manejo especial, entre ellos muebles rotos, televisores, computadoras, refrigeradores, lavadoras y hornos de microondas.

Se estipula que los desechos de este tipo, que forman parte de la cuarta categoría, serán recogidos los domingos o también se pueden entregar durante las jornadas de recolección que realizan las delegaciones y el Gobierno de la Ciudad de México o en los centros de acopio autorizados.

Los desechos como las pilas requieren un manejo especial, pues contienen metales pesados como plomo, mercurio, cadmio y zinc y otros materiales muy tóxicos y contaminantes.

Muchos piensan que el camión recolector de basura revuelve los residuos al recibirlos; sin embargo, ahora las estaciones de transferencia, que son los lugares donde las unidades entregan los desechos, no los reciben si no están separados.

Existen dos destinos que pueden tener los desperdicios que se generan: uno es la creación de composta, cuando se trata de residuos orgánicos, de los cuales en la capital se acopian mil 487 toneladas diarias en promedio, que sirve para alimentar los espacios verdes de las distintas delegaciones.

A su vez, cuando se trata de inorgánicos se envían a una planta de selección, donde se recuperan materiales que se pueden aprovechar, como plástico, papel, cartón, vidrio, aluminio, fierro, cobre y periódico, entre otros.

Se estima que por cada tonelada de papel que se recicla se dejan de talar 17 árboles y se ahorran 28 mil litros de agua.

Además, el reciclaje podría generar puestos formales de trabajo que dependen económicamente del servicio de recolección de basura: choferes, ayudantes y barrenderos.

En la Ciudad de México se han logrado aprovechar muchos de los residuos que se generan, aunque cumplir con las obligaciones de clasificar los desechos no ha sido fácil.

Una posible solución al problema de la basura es reducir el consumo y efectuar cambios en el estilo de vida, pero se requiere de infraestructura para su recolección y difusión efectiva, así como de voluntad, constancia y compromiso de la población para adquirir sólo los productos que en realidad se necesitan.

Con información de Notimex.



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Miedo en la frontera entre México-EU por los aranceles de Trump

AFP

Por: AFP

hace 5 días

Miedo en la frontera entre México-EU por los aranceles de Trump

En su camión cargado con vehículos Toyota, Raúl Hernández hace fila al amanecer para cruzar la frontera entre México y Estados Unidos, preocupado por los aranceles que anunciará el presidente estadounidense, Donald Trump.

Si Trump sigue adelante con su plan para imponer estos impuestos aduaneros y obligar a las empresas a mover su producción a Estados Unidos, muchos trabajadores en México van a sufrir, dice.

«Va a dejar mucha gente sin trabajo aquí», asegura este conductor de 37 años a la AFP, mientras espera en la cola para pasar a la vecina San Diego desde Tijuana.

Las fábricas que operan empresas extranjeras son vitales para la economía de ciudades fronterizas como Tijuana y sus miles de trabajadores, señala Hernández.

Muchos puestos de trabajo dependen de las exportaciones a Estados Unidos. «Si las plantas paran por los aranceles sí perjudica a México, perjudica a la ciudadanía mexicana».

Detrás de él, en la fila de camiones, Omar Zepeda también transporta camionetas Toyota Tacoma desde una planta cercana de esa armadora japonesa.

Al igual que Hernández, Zepeda está nervioso por el impacto de los aranceles.

«Va a bajar bastante el trabajo con nosotros, porque va a subir el producto (de precio) y va a haber menos compras», prevé este conductor de 40 años.

«Viene algo difícil»

Las ciudades industriales del norte de México albergan miles de fábricas gracias a beneficios fiscales y al acuerdo de libre comercio con Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

La mayor parte de las familias en Tijuana trabajan en «el transporte y la mano de obra», apunta Zepeda.

«La verdad está muy difícil lo que viene», asegura.

El gobierno de la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, también reconoce esa incertidumbre. Ha optado por esperar a conocer los aranceles de Trump antes de anunciar un plan económico «integral» para hacer frente a esta nueva amenaza.

Durante su descanso en una planta de Toyota a las afueras de Tijuana, Apolos Velas dijo que estos gravámenes darían un golpe brutal a la ciudad.

«Mucha gente se va a quedar sin trabajo», dice.

Ojo por ojo

En Tijuana, donde la pobreza y el crimen no dan tregua, no solo los empleados de fábricas y del transporte dependen de los miles de millones de dólares del intercambio comercial entre México y Estados Unidos.

Charito Moreno, quien vende burritos a los camioneros en un puesto junto a la barda fronteriza, dice que los aranceles lastimarían a toda Tijuana si las plantas despiden trabajadores.

«Toda la gente depende de esas empresas», afirma esta mujer de 44 años.

Si las compañías acuden al llamado de Trump para mover su producción a Estados Unidos, «sería muy trágico para Tijuana porque pues mucho trabajador se quedaría sin empleo», dice.

Al salir de un camión que lleva equipo para albercas a Estados Unidos, Antonio Valdez dijo que ahora los transportistas tienen más papeleo que entregar.

«Un trámite salía en una hora. Ahorita tardan todo el día en hacer el cálculo y el pago de impuestos» ya vigentes, dice, tras comprar un burrito y seguir su camino hacia Estados Unidos.

Aunque Sheinbaum ha descartado una respuesta del tipo «ojo por ojo, diente por diente», el camionero Alejandro Espinoza cree que México debe responder a Estados Unidos donde duele. Si imponen aranceles, «ya no les vamos a mandar aguacates. A ver cómo le hacen», dijo sonriendo.

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