En plena Serie Mundial de baseball y transcurrido el Gran Premio de México, siguen los problemas para el famoso futbolista Cuauhtémoc Blanco actual alcalde de Cuernavaca, luego de que un tercer peritaje acreditara la autenticidad de su firma en un contrato por el que supuestamente recibió siete millones de pesos por postularse como candidato por el Partido Social Demócrata a esa alcaldía.
A Cuauhtémoc le quieren fincar una denuncia penal por falsedades en declaraciones judiciales y peculado. La verdad es que desde que inició su mandato le han caído acusaciones de todo tipo en torno a su gestión y los ciudadanos no están nada contentos con su presidente municipal y su actuación en torno a los asuntos públicos.
Lo de Blanco nos hizo recordar a otros deportistas que decidieron entrarle a la política después de destacar en una actividad deportiva. El primero que recordamos es al general Humberto Mariles quien ganó dos medallas de oro y una de bronce en equitación, durante los Juegos Olímpicos de Londres en 1948. Se dice que Mariles realizó una gira previa a la olimpiada por Europa sin la autorización del presidente Miguel Alemán y que, incluso, le ordenó que se regresara sin que el entonces teniente coronel se inmutara.
El coraje presidencial se acabó cuando Mariles realizó su proeza en la Copa de las Naciones durante la clausura de la olimpiada. A su regreso fue tratado como héroe provocando enormes tumultos y la algarabía de los mexicanos. Poco tiempo después, fue ascendido a general y el presidente lo consintió ilimitadamente. A Mariles se le abrieron todas las puertas del gobierno y su influencia fue mayor que la de algunos ministros. Las cosas cambiaron en el siguiente sexenio pues cuentan que cometió una falta de respeto al presidente Ruiz Cortines, derivado de la arrogancia que había desarrollado y de sentirse omnipotente. Don Adolfo simplemente lo cortó de Los Pinos y le levantó la canasta económica a su asociación hípica.
El general Mariles no volvió a ser poderoso y después se metió en muchos líos, como el incidente de tránsito que tuvo en 1964 donde privó de la vida a un ciudadano y que lo llevó a la cárcel por algunos años. Murió en una prisión de París, donde estaba detenido por supuestos nexos con el narcotráfico.
El veracruzano Roberto “Beto” Ávila fue todo un ídolo del deporte mexicano. Jugo varios años con los Indios de Cleveland y en 1954 consiguió la proeza de ser el campeón bateador de la Liga Americana. Al término de su ilustre carrera en el baseball fue postulado como diputado local en su natal Veracruz y dicen que le gustó tanto que ya no le interesó otra cosa más que “la polaca”. Los jarochos con su inigualable humor y sarcasmo contaban que después de acompañar en su campaña a Luis Echeverría, éste le preguntó qué cargo le gustaría desempeñar en su gobierno y Beto, tomado por sorpresa le contestó “ Pues mire, Señor Presidente, que tal el Instituto Indigenista”. Echeverría muy sorprendido lo cuestionó “Pero Beto tu que sabes de eso” a lo que con toda la certidumbre le dijo “Coño Señor Presidente si yo estuve 10 años con los Indios de Cleveland”. Ávila llego a ser presidente municipal de Veracruz donde hizo un papel más que decoroso.
El boxeador más popular que ha tenido nuestro país fue sin duda Raúl “Ratón» Macías que llegó a ser campeón mundial peso gallo. Pues “El Ratón» se engolosinó con ser diputado federal pero solo llegó a suplente en la XLVI Legislatura (1964-67). Su campaña al lado del propietario Everardo Gámiz fue muy exitosa, pero ya no pudo decir “Que todo se lo debo a mi manager”, ya que nunca llegó a titular. El nadador Felipe “Tibio“ Muñoz fue ganador del oro en los 200 metros braza en la olimpiada de 1968 y, posteriormente, ha sido dos veces diputado federal y titular de la Comisión Nacional del Deporte (CONADE).
Al “Tibio” le han llovido acusaciones de malos manejos pero siempre la ha librado sin mojarse demasiado. El futbolista veracruzano Carlos Hermosillo metió un gran gol al retirarse ya que fue director de la Comisión Nacional del Deporte entre 2006 y 2009. En el 2009 su partido, el PAN, lo postuló como candidato a diputado por Córdoba, de donde no es originario, y le marcaron el fuera de lugar ya que perdió.
Fernando Platas es un clavadista que obtuvo medalla de plata en los juegos olímpicos de Sidney 2000. En el 2009 fue candidato por el PAN a diputado por Naucalpan y perdió. Después realizó un clavado más inteligente y apoyo al candidato del PRI a gobernador Eruviel Ávila con quien ha colaborado en distintas actividades. Bernardo Segura, quien ganó una medalla de bronce en Atlanta 1996, fue director del deporte en el gobierno perredista en 2003. Desgraciadamente fue acusado por tráfico de influencias y fue inhabilitado; posteriormente intentó ser diputado pero los amarillos le negaron la candidatura. Víctor Manuel Estrada Garibay en el taekwondo de Sidney 2000 ganó medalla de bronce y en los Panamericanos obtuvo tres de oro, ahora logró dar un golpe más certero pues es diputado plurinominal por Nueva Alianza en la Legislatura del Estado de México.
Tatiana Ortiz García ganó la de bronce en la prueba de sincronizados en plataforma de 10 metros junto a Paola Espinosa en Beijing 2008. Como no calificó para la de Londres 2012, se metió a la polaca y fue regidora del ayuntamiento de Tlalnepantla. La Contraloría mexiquense le abrió un expediente por presunto enriquecimiento ilícito, extorsión y abuso de autoridad.
Jesús Mena Campos consiguió una merecida medalla de bronce en la plataforma de 10 metros en Seúl 1988. El presidente Peña Nieto lo designó como titular de la Conade al inicio de su gobierno, pero lo removió para colocar a su delfín Alfredo Castillo, cuando a este lo regresaron de Michoacán. Dejo para el final a Gabriela Guevara Espinoza, quien ganó la medalla de plata en los 400 metros en Atenas 2004 y que fue campeona mundial en París 2003. A Gabriela también le entró la tentación de la política y se dejó seducir por el PRD que la hizo candidata a la jefatura delegacional de Miguel Hidalgo en 2009 donde perdió feamente.
El mal sabor de boca se le quitó en el 2012 ya que el Partido del Trabajo le ofreció una candidatura plurinominal para el Senado por su natal Sonora a la que no se pudo rehusar (todo lo contrario) y por ese prestigiado partido fue electa como legisladora. El problema fue que su amplia experiencia en la materia no le permitió diferenciar al Senado de la Cámara de Diputados y se presentó en esta última a tomar posesión de su cargo. Los petistas, alarmados en último grado, le explicaron de su error y doña Gabriela salió corriendo rumbo al Senado a tal velocidad que lo de París se vio superado con creces.
Bien dice el dicho “Zapatero a tus zapatos”, pues al menos en la política los deportistas no han roto récord alguno y salvo algunas excepciones no la han hecho más que para traer votos a los partidos que los han postulado.