Todo iba bien, los resultados electorales recién obtenidos, sus principales rivales políticos bajo control, la decisión del Tribunal Electoral de no sancionarlo por los spots en los que aparece posicionándose porque son “prerrogativas del partido y no de su persona”, su discurso anticorrupción tenia buen impacto, sus ataques al PRI gustaban a todos, sus ataques a López Obrador eran los adecuados para El Peje, su buena oratoria y dicción lo hacían aparecer como que siempre hablaba con la verdad y con conocimiento, había salido victorioso o por lo menos muy bien librado en los debates que tuvo en televisión con Manlio Fabio Beltrones y con Alejandra Barrales y Enrique Ochoa. Hasta en la ocasión en que no se apareció en el programa de Carlos Loret con Margarita Zavala y Rafael Moreno Valle salió ileso. Pero todo esto parece que se le va a acabar con las revelaciones que se han hecho sobre las mentiras acerca de su patrimonio y de su lujosa forma de vida.
Ricardo Anaya Cortés era un personaje hasta hace unos cuantos años totalmente desconocido en la política nacional, no solo por su corta edad sino porque su actuación se limitaba a su entidad natal Querétaro. En ese estado y en forma casi meteórica fue secretario particular del gobernador Francisco Garrido Patrón, diputado local y líder de la bancada panista así como presidente estatal del PAN. En 2011, dicen que por recomendación de Roberto Gil, el presidente Felipe de Jesús Calderón lo nombró subsecretario de Turismo y se le abrieron las puertas de las grandes ligas. Para el 2012 era candidato plurinominal a diputado federal, lo que no es muy fácil de obtener sin buenas palancas. En el 2013 obtuvo, gracias a su entonces protector Gustavo Madero presidente nacional del PAN, la Presidencia de la Cámara de Diputados y poco después era el secretario general de ese partido. Cuando Madero pidió licencia para buscar una diputación lo dejó de presidente y a su regreso al partido lo nombró coordinador de la bancada azul en la Cámara. Todavía le dio Madero su decisivo apoyo para ganarle la elección interna a Javier Corral y convertirlo en presidente del CEN del PAN.
Aquí apareció el verdadero Anaya: desleal, ingrato, alevoso pero audaz. En unos cuantos días en el poder de su partido se deshizo de Madero y de sus partidarios y tomo las riendas del PAN en forma total y para su beneficio. Tomó la acertada decisión, para los intereses azules, de formar alianzas antinaturales con el PRD para las elecciones para gobernadores en doce estados del país en el 2016, en los que se obtuvieron excelentes resultados para la coalición de los que se auto colgó la medalla del éxito. Nunca reconoció que el mal humor social imperante en el país, los malos gobiernos estatales, los candidatos priistas de dedazo no muy populares, la desaprobación del presidente Peña y sus decisiones en torno al matrimonio igualitario así como la fuerza del PRD en algunos lados crearon un coctel de circunstancias que lo favorecieron tremendamente. A la alianza con el PRD le sacó gran provecho pues de los candidatos ganadores ninguno tiene una militancia amarilla y todos, salvo uno, son azules de origen.
Las mieles de su relativo triunfo electoral, que él considera una verdadera hazaña, la más grande en la historia del PAN, aceleraron su ego y prepotencia y le ampliaron el horizonte del poder: Ahora la presidencia de la República. A utilizar el puesto para buscar la candidatura panista aprovechándose de la estructura partidista y de las prerrogativas publicitarias que la ley otorga a los partidos, a difundir su imagen gratuitamente bajo el manto de la legalidad electoral. Los otros panistas con aspiraciones presidenciales pusieron el grito en el cielo sin mucho resultado. Madero prefirió refugiarse a la sombra del gobernador Corral en su natal Chihuahua, Margarita Zavala, después de hacerse pasar como invitada de Hillary en Filadelfia, hizo algunas escaramuzas de protesta pero una cirugía la tiene calmada; Rafael Moreno Valle ha sido el más aguerrido pero no ha echado toda la fuerza que podría para detener las pretensiones del llamado “Joven Maravilla.”
Pero llegaron las revelaciones de que Anaya tenía una vida de lujos en Estados Unidos, en donde renta una casa en un lujoso barrio de la ciudad de Atlanta. Además tiene en esa población viviendo a su esposa e hijos y estos últimos asisten a una de las escuelas de más prestigio (y más caras) de la localidad. También se supo que desde de finales de 2014 ha realizado 121 viajes a Atlanta. Lo que revelaron esos señalamientos es que no era posible sostener ese ritmo de vida con los ingresos que Anaya había hecho públicos en su declaración 3de3. El panista intentó aclarar la situación, en una entrevista en el periódico El Universal, pero no logró convencer a nadie ya que manifestó que “No son lujos. Es una oportunidad que a mí me dieron mis padres y yo se la quiero dar a mis hijos”. Muy loable su deseo, pero no pudo explicar de dónde salía el dinero para pagar una renta de casa en la exclusiva zona de Bishop Lake ni tampoco el costo de las colegiaturas de sus tres hijos en la elitista High Meadows School, más los costos de manutención de la familia y los automóviles que usan, así como los pasajes de avión y demás erogaciones que implica tener una familia en el extranjero y en dólares.
Anaya continúo el esfuerzo de explicar su situación y acudió a diversos medios de comunicación como al programa matutino de Loret de Mola, en donde generalmente lo tratan muy bien, e intentó convencer de que su patrimonio le permitía llevar ese tren de vida, porque también su esposa tenia ingresos. Loret, inusualmente amable, solo le cuestionó que no era congruente que siendo presidente del PAN tuviera a su familia en el extranjero y le aceptó todas las explicaciones que Anaya quiso dar. Pero al día siguiente acudió al programa el periodista Ricardo Alemán, quien es el autor de las revelaciones contra el panista, y desmintió todo lo dicho a Loret agregando un sinnúmero de acusaciones que pesan sobre él como la falta de 20 millones correspondientes a su bancada cuando era el coordinador. Explicó Alemán, que de acuerdo a los números que manifestó Anaya a Loret gasta un millón ochocientos mil pesos más de lo que gana y que en su 3de3 del 2015 omitió incluir sus ingresos como diputado y coordinador panista. El periodista admitió que tenía información de funcionarios de la aerolínea Delta que confirmaban que había realizado 121 vuelos desde finales de 2014.
Lo que desmentía lo dicho por Anaya de que la familia estaba en Atlanta apenas desde agosto del 2015. Afirmó que si viaja Anaya en primera clase
A lo dicho por Alemán se han acumulado las críticas de la clase política como El Peje quien manifestó que “Son lo mismo, son personas corruptas y además achichincles de la mafia en el poder”. Alejandra Barrales dijo que “Lo que a todos nos conviene es que si alguien tiene recursos tenga manera de justificar de dónde”. Enrique Ochoa, A quien Anaya le ha cargado la mano constantemente, expreso que “Es una muestra más de la doble moral del PAN, es una doble moral del dirigente panista.” El priista todavía le reclamó que aclarara por que no incluyó en su de 3de3 los ingresos que dijo que obtenía por la renta de locales comerciales y remató diciendo que “Los dos son lo mismo, Ricardo Anaya y Lopéz Obrador pegan con la derecha y cobran con la izquierda” (SIC). Hasta el panista Fernando Canales dijo que Anaya tenía la obligación de ser transparente por ser un personaje público. El perredista Miguel Barbosa dijo que la Comisión anticorrupción del PAN tenía un buen caso por resolver (¡seco!)
A Anaya se le cayó la fama de honrado y de ser un gran impulsador de la anticorrupción, ahora tendrá que retirar sus spots, donde afirma ser una blanca paloma y todos los demás corruptos. Tendrá que explicar eso de la nave industrial que vendió en más de 50 millones como le dijo a Loret y también de donde salió el resto de ese patrimonio en tan corto tiempo. Ahora trata de explicar sus omisiones a fallas técnicas de la 3de3. Pero lo que va a ser más difícil es explicarles a los mexicanos por que el presidente del PAN, que exige el cambio para transformar al país desde Los Pinos, aleje a su familia de la realidad nacional solo para “que aprendan inglés y otra cultura”. Otros podrían hacerlo sin despertar ni un comentario, pero el líder del Bien común no tiene justificación. Aristóteles dijo, hace mucho tiempo en la Grecia de su tiempo: “No se puede ser y no ser algo al mismo tiempo y bajo el mismo aspecto”. Yo le digo que no se vale tanta hipocresía.