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¿Por qué robar material radioactivo?

¿Por qué robar material radioactivo?

MÉXICO.- Uno de los robos que se vienen repitiendo en México, es el material radioactivo. De acuerdo con las autoridades, la ignorancia es el principal factor, pues quien es hurtan las unidades contenedoras, normalmente no saben lo que se están llevando.

Cifras oficiales, indican que desde diciembre de 2013 a la fecha han sido robados siete contenedores con materiales como iridio, cobalto y cesio, altamente peligrosos para los seres vivos si se exponen directamente a ellos.

El más reciente, tuvo lugar el pasado fin de semana en Sonora, aunque por fortuna apareció pocas horas después.



De acuerdo con Mardonio Jiménez, director de supervisión operativa de la Comisión de Seguridad Nuclear (CNSNS) mexicana, el robo más grave de material, tuvo lugar en diciembre de 2013, cuando una fuente que había tenido uso médico en un hospital público en la ciudad de Tijuana, en la frontera con Estados Unidos, fue enviada al depósito oficial de desechos radiactivos del municipio de Maquixco, en el central Estado de México.

Fue entonces que la unidad de transporte fue robada. Los delincuentes desmantelaron el coche y la fuente para vender las partes, pero en algún momento abandonaron la fuente en un predio, quizá al enterarse de que las autoridades buscaban un material radiactivo en esa entidad.

El cobalto 60 es uno de los materiales más peligrosos, pero no provoca daños graves mientras no esté abierta la cápsula que lo contiene, por lo que solo se reportó síndrome de radiación aguda en algunas personas involucradas con el robo.

En México y en específico en Ciudad Juárez en 1983, se estuvo muy cerca de sufrir una crisis por envenenamiento nuclear. Una unidad de teleterapia con cobalto 60 fue abandonada en un almacén porque su importación era ilegal. Un empleado de mantenimiento la robó para venderla como chatarra, perforó el contenedor y lo llevó hasta un depósito.



El fierro fue adquirido por un fabricante de mesas, otro de barras de refuerzo para construcción, y el cobalto se diseminó por el pueblo: 814 edificios adquirieron altos niveles de contaminación -incluidas escuelas- y cuatro mil personas quedaron expuestas a la radiación.

Tras el accidente de Ciudad Juárez, la Agencia Internacional de Energía Atómica publicó un reporte con el recuento de los daños y las lecciones que dejó dicha catástrofe, entre las cuales, menciona que “el hecho de que haya regulaciones no es suficiente para prevenir violaciones”.

jcrh