Un tribunal ordenó este jueves poner a juicio al expresidente francés Nicolas Sarkozy por cargos de corrupción y tráfico de influencias, en un nuevo revés para el agresivo político de derecha.
Es uno de varios casos de corrupción en los que Sarkozy está señalado desde 2012, y es el segundo que desemboca en un juicio en su contra. El ex mandatario ha negado haber violado ley alguna. La semana pasada fue acusado en el caso más escandaloso, de aceptar millones de dólares en aportes ilegales de campaña del entonces dictador libio Moamar Gadafi.
En el caso más reciente, descrito por una fuente oficial, se le acusa de tratar de obtener ilegalmente información de un juez sobre una investigación que se le seguía. La fuente pidió permanecer en el anonimato.
Sarkozy, de 63 años, podrá apelar la decisión, y no se ha fijado una fecha para iniciar el juicio. Sarkozy rechaza todas las acusaciones.
También se someterá a juicio al abogado de Sarkozy, Thierry Herzog, y al exmagistrado Gilbert Azibert. Sarkozy y Herzog no respondieron a los pedidos de declaraciones.
Sarkozy ha objetado el caso porque parte de la investigación está basada en información tomada de conversaciones telefónicas con su abogado que fueron grabadas.
Sarkozy y Herzog son sospechosos de prometerle al magistrado un puesto en Mónaco a cambio de filtrarles información sobre la investigación de fondos presuntamente ilegales donados a la campaña presidencial de Sarkozy en 2007 por la mujer más rica de Francia, la heredera de L’Oreal, Liliane Bettencourt.
El año pasado, un juez ordenó juzgar a Sarkozy y otras 13 personas de financiación ilegal de su campaña presidencial de 2012. En ese caso, su partido de derechas y una empresa llamada Bygmalion están acusados de usar un sistema de contabilidad especial para ocultar gastos no autorizados.
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