Un mando policial y otro uniformado de una de las comunidades más peligrosas del estado de Guerrero, azotado por el narcotráfico, fueron secuestrados y asesinados, informó el lunes el vocero de Seguridad de esa región del sur de México.
El director operativo de la Policía Preventiva Municipal de la Secretaría de Seguridad Pública de Chilapa, Isidro Casarrubias, y el policía de la misma localidad, Edilberto Santos habían desaparecido el sábado cuando se trasladaban a sus clases sabatinas universitarias.
Los cadáveres de ambos fueron encontrados el domingo en el interior de un automóvil abandonado cerca de una terminal de autobuses de Chilpancingo, capital de Guerrero (sur), informó el vocero de Seguridad, Roberto Álvarez, a la prensa.
«Ya fueron reconocidos por sus esposas», añadió.
De acuerdo con cifras oficiales, en 2017 fueron asesinadas 2.529 personas en Guerrero, zona de cultivo de amapola y marihuana bajo constante disputa entre narcotraficantes.
Y Chilapa, por ser un paso obligado para transportar la droga, es escenario de choques entre los carteles de Los Rojos y Los Ardillos, señalan las autoridades.
El asesinato de Casarrubias y Santos se produce a menos de un mes de que el jefe de la policía de Chilapa fuera asesinado durante una fiesta popular, aparentemente por un individuo que aprovechó el ruido de los fuegos pirotécnicos para dispararle en varias ocasiones.
México es golpeado por una ola de violencia ligada al narcotráfico. Desde diciembre de 2006, cuando el gobierno federal lanzó un polémico operativo militar antidrogas, suman más de 200.000 los asesinatos, aunque las cifras oficiales no detallan cuántos casos estarían ligados al crimen organizado.
Se registraron más de 25.000 homicidios dolosos en 2017, el año más violento desde que se inició el registro oficial, en 1997. De ellos más de dos millares se perpetraron en Guerrero, de acuerdo con estadísticas del gobierno federal.
Con información de AFP.
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