CIUDAD DE MÉXICO,-  Se han tomado medidas  tendientes a limitar el creciente porcentaje de la contaminación ambiental en la Megalópolis, entre ellas aplicar el doble Hoy no Circula, en aras de contar con un cielo limpio y un aire respirable. Ahora resulta que hay otra solución: asfixiar los estacionamientos públicos que funciona en la Ciudad de México, porque ello contribuiría a reducir el uso del auto.

La medida, como tal, resulta descabellada. Para el Instituto Mexicana para la Competitividad (IMCO) y el Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (IPTD) al contar con menor espacio dedicado a estacionado -en teoría- como acto de magia, la contaminación se reduciría por el limitado uso del auto y esos recursos destinados se podrían aplicar a construir alternativas de transporte público.

Parece que este tipo de normativas no concuerdan con la realidad, primero, los poseedores de un auto que utilizan a diario para trasladarse desde su domicilio a la oficina ¿ya pensaron si disponen de un sitio en su domicilio para estacionarse o lo hace en la vía pública?.  La alternativa no es el transporte capitalino porque no todos tienen la fortuna vivir dentro de la urbe capitalina. Quienes lograron comprar una propiedad en el área connurbada, requieren de dos horas -en algunos casos- para llegar a su oficina. La pregunta es ¿quién resolverá el meollo?.

La mentalidad de que en otros países la cultura del transporte permite modificaciones, habría que preguntarles que número de ciudadanos viven en Bélgica, Conpenhague, Bruselas, Suiza, etc. La Ciudad de México está rodeada por una inmensa área connurbada sin contar aquellos que a diario vienen a la ciudad de Toluca, Puebla, Pachuca, Querétaro, por una u otra circunstancia.

Se ha intentado aplicar la cultura de la bicicleta, pero éstos impetuosos jóvenes y algunas damas, suelen circular en sentido contrario y usan las banquetas para transitar. En una ciudad que ha crecido a lo tarugo carente de una política ambiental, que hasta en los cerros que rodean a la ciudad, viven las personas, no se puede tapar el sol con un dedo. Hay que obrar por parte y con cautela. ¿Ustedes creen que los fabricantes y distribuidores de autos, como las empresas extranjeras, se van a creer este cuento?. La ponencia tiene carácter populista acorde con los tiempos electorales.

Los urbanistas, deben pensar de manera diferente. Queremos tener una ciudad verde, pero todavía no se emprende dicha campaña. El caos automovilístico -el monstruo al que todos quieren matar- se ha generado por disposiciones que las autoridades en el pasado, creyeron solucionaría el gran conflicto.

Por ejemplo ¿que harán las familias que concurren a los centros comerciales, si les es prohibitivo usar el auto?, ¿cuál sería entonces la respuesta de los comerciantes?.

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