El Metro de la Ciudad de México siempre nos trae historias difíciles de creer y que parecen salidas de la ficción. Tan sólo en los últimos meses, un águila se posó en la estación Nopalera de la Línea 12, un sujeto se vistió como de la India María para manosear mujeres en el vagón exclusivo, un perrito murió electrocutado en las vías de la estación Pantitlán debido a que las autoridades no cortaron la luz para salvarlo.

Por otra parte, unos usuarios peleoneros escaparon por las vías después de armar una trifulca en un vagón, unos policías gandallas extorsionaron a unos pasajeros gandallas que se subieron al vagón para mujeres y menores de edad, además de que los encargados del Metro colocaron litografías con paisajes de Colima para evitar suicidios.

El pasado lunes 2 de octubre se registró otro de estos casos que nos sorprenden y también nos indignan. Alrededor de las 18:00 hrs, un hombre identificado como Héctor “N”, quien ha estado preso en el Reclusorio Norte en cinco ocasiones por el delito de robo agraviado, empujó a las vías a una mujer de aproximadamente 50 años. Todo esto sucedió en la estación Cerro de la Estrella, de la línea 8 (verde oscuro)

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