CIUDAD DE MÉXICO,- La ciudad descansa -cuando menos en algunos sectores- porque la llegada de las vacaciones escolares, permite «disminuír» la afluencia en las calles, aunque el impacto de las «horas pico», ya no existen porque se registran todo el día, el transporte citadino se vuelve angustiante, que se acrecenta cuando llega la lluvia y el movimiento de autos particulares se convierte en una selva de ruidos, olores y llamadas a…
Y al márgen de este cuadro, uno se pregunta «¿los mexicanos pueden vacacionar?».
Para hallarle la cuadratura al círculo, la regla general es recurrir a las encuestas porque éstas llevadas a pie de calle suelen reflejar la verdadera razón por la cual muchos connacionales se hallan impedidos y es natural, aquellos que perciben menores ingresos, dinero apenas para sobrevivir, pues no piensan en ello
Al referirnos a los estratos sociales, apenas uno de cada diez planean visitar algún destino turístico, un doce por ciento visitar a sus familiares en la tradicional provincia mexicana y apenas el uno por ciento gira en sus planes viajar al extranjero. De los encuestados que sí planean salir de vacaciones, el 35 por ciento planea usar sus ahorros, el 9 por ciento considera solicitar un préstamo a un proveedor de servicios financieros para solventar los gastos de las vacaciones y sólo el 1 por ciento planea pedir dinero prestado a algún amigo o familiar.
Lo irónico es que al retorno de las famosas vacaciones, tendrán que empeñar algo de valor para reintegrar parte del capital requerido y luego ir abonando hasta cubrir el monto -con sus correspondientes intereses-, mayores cuando se trata de una tarjeta de crédito. La forma como idean sus vacaciones va de acuerdo al punto que se ajusta al presupuesto, bien utilizando el auto -pedir uno prestado, en mejores condiciones y confiable para el viaje- y la inversión considerada para el disfrute familiar terminará por duplicar el monto.
Sin embargo, superadas las peripecias, finalmente les quedará la satisfacción y estar en condiciones de presumirle a la «vecina» que lugares visitó y el increíble disfrute de esos días tan merecidos después de un prologando ajetreo capitalino. La vuelta a la realidad es cuanto tocan a la puerta para requerir el pago «olvidado» de algunos enseres domésticos adquiridos.
Al márgen de esta realidad, Ernesto Nemer Álvarez titular de Profeco, habrá de vigilar junto con su equipo de trabajo que ante la afluencia de paseantes, no les «carguen la mano» y fastidien sus vacaciones. Vigilancia en aeropuerto, terminales de autobuses, etc.
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