MÉXICO.- En 2014, como una medida para combatir la obesidad creciente en México, se aprobó un impuesto a las bebidas azucaradas. Dicha acción fue celebrada por el Centro de Investigación en Sistema de Salud del Instituto Nacional de Salud Pública. Sin embargo hoy en día, cuestionan que no se transparente el destino de los recaudados a través de este gravamen.

Además de poco ha servido el incremento a este tipo de bebidas…

Hace tres meses el Gobierno federal, en un hecho histórico, alertó que México vive una epidemia de obesidad y diabetes. Pero, como han criticado organizaciones de la sociedad civil, no anunció medidas para mitigar la problemática.

Las ganancias que ha reportado la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) por el impuesto a los refrescos y bebidas azucaradas representó 23 mil millones de pesos el año pasado, lo que es un incremento del 9.1 por ciento con respecto a 2015 y 17 por ciento más que en 2014. A tres años de su entrada a vigor, ha recaudado 63 mil millones de pesos.

Según datos del Inegi, en el 2014 el volumen de ventas decreció 1.9 por ciento; para el 2015 se estabilizó y para el cierre del 2016 mostró un crecimiento de 1.6 por ciento. Se espera que este crecimiento de entre 1.5 y 2 por ciento sea sostenido dentro de los próximo años.

Cada peso ganado por la SHCP representa un litro de refresco vendido, y por lo tanto, uno consumido, es decir, que al crecer la recaudación, el consumo también creció.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud 2012, más del 70 por ciento de la población nacional presentaba obesidad o sobrepeso.

jcrh