Las aplicaciones de transporte privado de pasajeros han estado en el centro de la discusión pública, ya no por su regulación, sino (desgraciadamente) por los diversos casos de crímenes, en especial contra las mujeres, cometidos a bordo de sus autos.
En días recientes, una usuaria de esta aplicación denunció que un conductor la acoso sexualmente durante un traslado en la Ciudad de México. La mujer asegura que se quejó ante la compañía y que ésta se negó a informarle si el supuesto agresor fue sancionado.
De acuerdo con el relato de la víctima, la respuesta por parte de la compañía fue que «habían tomado las medidas pertinentes»; cuando insistió en saber si lo darían de baja, la empresa respondió que no tiene una relación laboral directa con los conductores.
A falta de éxito, optó por subir este video:
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