Salvador Rangel Mendoza, obispo de la Diócesis de Chilpancingo-Chilapa, en Guerrero, negoció con el narcotráfico para que no haya más candidatos asesinados en estas elecciones.

El dirigente clerical aseguró que su acuerdo con los presuntos delincuentes fue que ellos no asesinarían a más candidatos en el estado a cambio de que los políticos cumplieran sus promesas de campaña.

Al término de un mitin de campaña en Monclova, Coahuila, Andrés Manuel López Obrador respaldó la reunión que sostuvo el obispo con un líder de la organización criminal Guerreros Unidos para acordar la tregua.

“Bienvenidos todos los esfuerzos de ministros de culto de todas las iglesias para concretar la paz y la seguridad en las elecciones”, subrayó el tabasqueño.

El abanderado presidencial morenista recalcó que ve con buenos ojos que “tanto pastores evangélicos como sacerdotes y obispos de la iglesia católica busquen también la reconciliación y el diálogo para que se garantice la paz y la tranquilidad”.

Aseveró que respalda, sobre todo, este diálogo “por la situación tan difícil que está ocurriendo en la Montaña de Guerrero y en toda esa región de Chilapa, donde hay mucha violencia”.

«Qué bien que él se atrevió a hacer eso, que se esté exhortando para que no haya violencia, que no le quiten la vida a nadie ni a candidatos ni a los ciudadanos», señaló Andrés Manuel.

De acuerdo con información recabada por La Jornada, Guerrero cerró el 2017 con 2 mil 273 asesinatos. Acapulco fue el municipio más violento de todos con 512 asesinatos, mientras que Chilapa se ubicó en tercer lugar con 112 de éstos.

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