* La UNESCO reubicó los templos de Abu Simbel, en Egipto, para evitar la inundación, pero esto ya lo habían hecho hace 50 años
La reubicación de los templos de Abu Simbel, al sur de Egipto, se terminó el 22 de septiembre de 1968. Liderada por la UNESCO, esta operación buscaba evitar que se inundaran por la construcción de la represa de Asuan, sobre el rio Nilo.
Durante la Campaña de Nubia, numerosos arqueólogos de todas partes del mundo desmontaron y reedificaron alrededor de una veintena de monumentos gigantescos de este sitio arqueológico y los colocaron lejos de los peligros de las inundaciones.
– Construidos por Ramsés II
Los dos templos de Abu Simbel fueron tallados en una colina sobre el río Nilo en honor a los dioses Osiris e Isis bajo órdenes de Ramsés II, que reinó Egipto de 1298 a 1235 a.C.
En la fachada del templo más alto, de 32 metros, fueron talladas cuatro gigantescas estatuas del faraón sentado. Al cruzarla, se entra en una hilera de salas y galerías que se extiende a lo largo de los 63 metros de profundidad del templo.
Abu Simbel es uno de los tesoros históricos de la antigua región de Nubia, cuyas fronteras se extendían a lo largo del Nilo y cuyo territorio ocupaba parte de Egipto y Sudán.
– Amenazados por una presa
En los años 50 se inició la construcción de una presa en el Nilo, a alturas de la ciudad de Asuán, para asegurar el suministro de energía en la región, crear más tierra cultivable y reducir las crecidas del imponente río.
Pero la construcción de la presa, en la época la mayor del mundo, resultaría en la creación de un enorme lago artificial que pondría en peligro las aldeas contiguas, así como numerosos templos y monumentos, entre ellos Abu Simbel.
– Una hazaña arqueológica
En marzo de 1960, la UNESCO lanzó un llamamiento para salvar a los dos templos.
Tras numerosas propuestas, se retuvo el proyecto sueco-egipcio, y, el 1 de abril de 1964, alrededor de 900 personas comenzaron esta hazaña arqueológica bajo el abrasador sol del desierto, que tuvo un costo total de 36 millones de dólares de aquella época.
Primero se construyó una ataguía para proteger el sitio de construcción de la crecida de las aguas. Esta operación fue seguida de excavaciones en la colina que rodeaba los dos templos, que permitirían después seccionar y desmontar las estatuas y demás estructuras en 1.035 bloques de entre 20 y 30 toneladas cada uno.
Grúas, cilindros hidráulicos y polispastos de extraordinaria potencia se utilizaron para desplazar los enormes bloques 64 metros más arriba, en la cumbre de la colina, y enseguida reensamblarlos y dejarlos en su estado original.
Finalmente, se construyeron colinas artificiales alrededor del sitio para protegerlo del río.
– Cooperación internacional
Al concluirse la operación arqueológica, el entonces director de la UNESCO, Rene Maheu, dijo que se trataba de «la primera vez que se ha visto una cooperación internacional de tal magnitud en el área de la cultura».
Se trataba de un proyecto «sin precedentes, en el que más de 50 países (…) unieron esfuerzos para salvar los tesoros artísticos e históricos que son los templos de Abu Simbel».
Actualmente, el sitio original de los templos se encuentra completamente sumergido por el Lago Nasser.
Al finalizar la Campaña Nubia, que incluyó el rescate de otros sitios arqueológicos, el exdirector de la UNESCO, Amadou-Mahtar M’Bow, declaró: «Quizás en ningún otro lugar el arte sagrado de Egipcio ha desafiado tan majestuosamente al tiempo como en esta región de Nubia, de la cual una parte se desvanece ante nuestros ojos».