- Desde viejas fotos hasta fragmentos de películas o imágenes de videojuegos
- En internet y en las redes sociales, el conflicto que destroza Siria arrastra una profusión de «noticias falsas»
Desde 2016, la plataforma «Verify» permite a los internautas distinguir lo verdadero de lo falso, analizando y desmenuzando las falsas informaciones que circulan, después de haber sido diseminadas por los grupos rebeldes, el régimen de Bashar Al Asad, o sus seguidores.
«Como periodistas y activistas, tenemos una responsabilidad. Lo que está ocurriendo hoy pasará un día a la Historia, y no queremos una Historia falsificada», dice Ahmad Primo, el fundador de la web.
En una Siria devastada desde 2011 por un mortífero y complejo conflicto, las batallas no se libran sólo con las armas. Los múltiples beligerantes se oponen también a través de una guerra de imágenes y de información.
Una fotografía en internet presentada como un ataque aéreo israelí contra Damasco es, en realidad, tras se verificada, un bombardeo del Estado hebreo contra la Franja de Gaza en 2014.
En un video que circulaba recientemente en internet se pedía, en llamados a través de los altavoces de la mezquita, que los rebeldes de la provincia de Deraa (sur) combatieran a las fuerzas del régimen. De hecho, se trataba de un video de 2015 en Yemen, que los miembros de «Verify» encontraron en Youtube.
«En un clic»
Un equipo de seis voluntarios -instalados en Turquía, Siria o Alemania- dirige el proyecto, financiado gracias a las donaciones de oenegés europeas. Cada día, analizan las redes sociales, una fuente inacabable de desinformación.
«Detectamos cualquier imagen o información que se propaga a gran escala y procedemos a la verificación», explica Primo.
Los militantes se ponen en contacto con sus propias fuentes en el terreno, o utilizan en Google una técnica especial para detectar en la red las imágenes tal y cómo fueron tomadas en su contexto original.
«Las falsas informaciones se propagan más rápidamente que las verdaderas», asegura Dirar Jattab, uno de los voluntarios. «Cualquier persona con una cuenta en las redes sociales y con numerosos seguidores se transforma en una cadena de información», añade.
«Hay gente que tiene cinco o seis millones de seguidores en Twitter, en un clic pueden difundir ‘fake news’ y hacer saltar un polvorín», lamenta este treintañero.
Para Primo, es su experiencia personal con el régimen, pero también con las facciones rebeldes, la que le empujó a librar esta batalla.
Durante las manifestaciones contra el régimen, en Alepo, fue detenido tres veces mientras cubría los acontecimientos para una web.
«Fue detenido porque publicaba lo que ocurría. Y cuando fui a los territorios de la oposición, vi que también falseaban la realidad», explica este periodista de 32 años, que vive actualmente en Turquía.
Videojuegos
Con cada nueva ofensiva militar, el ritmo de trabajo se acentúa y a veces se tienen que examinar cuatro o cinco falsas informaciones por día.
La plataforma, que publica artículos en árabe e inglés, empezó también a difundir textos en turco, después de la ofensiva de Ankara contra el enclave kurdo de Afrin, en el noroeste sirio.
«Una vez, sitios turcos publicaron un video mostrando a combatientes (kurdos) que se desplazaban de noche, seguidos por un visor nocturno. Tras verificación, se trataba de escenas extraídas de un videojuego», explica Primo.
Y no sólo son personas anónimas las que hacen circular las «fake news».
Jattab se acuerda de cuando, en diciembre de 2016, el embajador sirio en la ONU, Bashar Al Jaafari, presentó ante el Consejo de Seguridad una foto tomada, según él, durante la batalla de Alepo.
En ella se veía a un soldado ayudando a una mujer a bajar de una camioneta.
El único problema: la imagen fue tomada en Irak, no en Siria, según «Verify».
Información e Imagen: AFP
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