- Es normal que ocurran temblores con epicentros tanto en la capital mexicana como el Estado de México. A diferencia de otras áreas, las fallas de esta región son pequeñas, por lo que cuando se activan originan movimientos telúricos de magnitudes promedio de entre 2.8 y 3
Los municipios y delegaciones ubicadas en las zonas oriente y poniente del Valle de México, son más vulnerables a los epicentros de sismos, debido a algunas fallas geológicas que atraviesan esas zonas.
Por ello, es normal que ocurran temblores con epicentros tanto en la capital mexicana como el Estado de México, indicó Luis Quintanar, investigador del departamento de Sismología del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En entrevista con Notimex, el especialista señaló que a diferencia de otras áreas, las fallas de esta región son pequeñas, por lo que cuando se activan originan movimientos telúricos de magnitudes promedio de entre 2.8 y 3.
El investigador de la UNAM explicó que en la zona oriente, entre los sitios más vulnerables a ser epicentros de los sismos, destacan: Ixtapaluca, Texcoco y Chalco, así como las delegaciones Milpa Alta, Tláhuac e Iztapalapa; mientras que en el poniente se encuentran: Magdalena Contreras, Miguel Hidalgo, Álvaro Obregón y Naucalpan.
«El Valle de México también es lugar de ocurrencia de sismos, existen mapas de sismicidad desde hace varios años y se ve que es una zona donde ocurren temblores en ciertas zonas preponderantes», subrayó.
Sin embargo, agregó, también ocurren movimientos telúricos con epicentros en otros puntos, por ejemplo, después de los temblores de septiembre de 2017 ocurrieron algunos movimientos telúricos en el sur de la Ciudad de México.
El investigador explicó que debido a que las magnitudes de los sismos que ocurren en el Valle de México son bajas y poco profundas, sólo son percibidos por las personas que se encuentran en la zona epicentral.
Sin embargo, precisó, mientras más fangoso sea el subsuelo donde se registren los temblores, éstos se sentirán con más intensidad y mayor duración, contrario a la que pasa en terrenos firmes.
Después de los sismos de septiembre pasado se observó un aumento en la sismicidad en el Valle de México, sobre todo en la parte sur (Ajusco y Coyoacán), apuntó.
Luis Quintanar explicó también que hasta la fecha no ha ocurrido un sismo con epicentro de gran magnitud en el Valle de México, pues, de acuerdo con el registro que se tiene, se deduce que el mayor fue de alrededor de magnitud 4, en el año de 1974.
De acuerdo con el Servicio Sismológico Nacional (SSN), en lo que va del año en la Ciudad de México se han registrado 10 temblores de magnitudes de entre 1.9 y 2.8, con epicentros en las demarcaciones Venustiano Carranza, Álvaro Obregón, Coyoacán, Miguel Hidalgo, Benito Juárez y Magdalena Contreras.
Mientras que en el Estado de México han ocurrido 18, los cuales fueron de 1.2 a 3.4 y se localizaron en los municipios de Amecameca, Zumpango, Ozumba, Nicolás Romero, Tlalmanalco (San Rafel), Chalco (Huitzilzingo), Amecameca, Naucalpan, Juchitepec, Tejupilco y Naucalpan.
El organismo señala que después de un movimiento telúrico ocurren replicas, las cuales pueden variar desde unas cuantas hasta cientos de eventos en los próximos días o semanas de ocurrido el temblor principal.
Sin embargo, los sismos que tienen su epicentro en la zona geográfica que comprende la Cuenca de México, donde se encuentra la Ciudad de México y el Estado de México, por su tamaño mismo, rara vez presentan réplicas.
Información: Notimex Imagen: Especial
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