El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reinstaló hoy la prohibición para que personas transgénero puedan servir en forma abierta en las fuerzas armadas de Estados Unidos, un año después que la norma fuera levantada.
El sorpresivo anuncio marcó el más reciente distanciamiento del mandatario con el movimiento LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transexuales) que ha buscado fortalecer nexos con su base religiosa, donde la oposición a los matrimonios entre personas del mismo sexo es mayoritaria.
“Tras consultas con los generales y expertos militares, sean avisados de que el gobierno de Estados Unidos no aceptará o permitirá a individuos transgénero servir en cualquier capacidad en las fuerzas armadas de US (Estados Unidos)”, anunció el mandatario a través de su cuenta en Twitter.
Trump dijo que el ejército “debe estar enfocado en victorias decisivas y abrumadoras y no pueden cargar con el enorme costo médico e interrupciones que representarían los transgénero en el ejército. Gracias”.
En junio pasado, el entonces secretario de Defensa, Ashton Carter, anunció el fin de la norma que impedía a las personas transgénero servir en las fuerzas armadas de Estados Unidos de manera abierta sin temor a represalias legales.
El anuncio entonces, producto de un proceso de revisión de casi un año, eliminó el último obstáculo que enfrentaban miembros de la comunidad LGTB para servir en cualquiera de las cinco ramas de las fuerzas armadas, sin ocultar sus preferencias sexuales.
Con ese anuncio Estados Unidos se colocó al nivel de otros 18 países del mundo que permiten actualmente a personas transgénero servir en sus fuerzas armadas, incluyendo al Reino Unido, Israel y Australia.
Con ese cambio de política, la expectativa del entonces gobierno de Barack Obama fue poder ampliar el reclutamiento de personal para servir en el ejército, eliminando la discriminación que resultó en la política anterior.
En el 2011, Obama notificó al Congreso que su gobierno dejaría de hacer valer la política “Don’t ask, don’t tell” (No preguntes, no digas”) que fue instituida 1994 durante la presidencia de William Clinton.
El cambio significó que homosexuales y lesbianas que sirven en las fuerzas armadas pueden declarar abiertamente sus preferencias sexuales sin ser objeto de represalias, y aquellos en la población que quieran hacerlo, no pueden ser rechazados a partir de este criterio.