
Dos alumnos de la telesecundaria Jaime Torres Bodet, ubicada en Calatepec, Puebla, violaron a una de sus compañeras (de 14 años) el año pasado. Sin embargo, la trocidad no queda ahí, ya que tanto la maestra como las autoridades de la escuela revictimizaron (tratar a la víctima como si hubiera sido su responsabilidad) a la menor, exigiéndole que se quedara callada.
De acuerdo con Animal Político, los hechos ocurrieron el 3 de mayo de 2017 mientras el resto de la escuela ensayaba para el festival del Día de las Madres. La maestra dejó a la víctima y a sus compañeros en el salón, ya que consideraba que no tenían habilidades para participar.
Sonia Escobar, madre de la menor, señaló que fue ahí cuando los alumnos abusaron de su hija: “Uno de ellos cerró la puerta, corrió y le jaló la silla, ella se cayó y se pegó en la cabeza. Él le agarró las manos mientras los otros dos le pegaban, le decían groserías y la amenazaban con que si no se dejaba la iban a matar. La azotaron contra el suelo, le quitaron la ropa, uno de ellos le mordió un pecho, le tomaron fotos y la grabaron”.
Dos de ellos la violaron, y cuando el tercero iba a hacerlo, dos compañeros de tercer grado patearon la puerta y entraron. Ella se puso la ropa y salió llorando del salón.
Ésa fue la primera parte de la pesadilla para la adolescente y su familia. La revictimización siguió con su maestra, Laura Elena Perdomo Juárez, quien de acuerdo con el testimonio de la madre, fue la primera en amenazar a la menor. Le advirtió que si decía algo, los papás de los agresores matarían a su papá. También la acusó de meterla en un problema porque perdería su trabajo y cerrarían la escuela por su culpa.
Más tarde llevaron a los agresores con el director, Gabriel Sánchez Mirón, pero no pasó nada. Durante los siguientes días, la madre de la menor la notó distinta: lloraba durante las noches, tenía pesadillas y le dolía el estómago. La situación empeoró cuando las fotos y videos de la agresión se empezaron a difundir.
El director y la maestra le aseguraron a la madre que el episodio no había ido más allá de toqueteos y levantarle la falda a la menor. No obstante, en el DIF municipal las orientaron y levantaron una denuncia por acoso sexual que más tarde cambiarían por violación.
El primer dictamen médico arrojó que sí hubo violación. La denuncia trajo a ella y a su familia un sinnúmero de amenazas de muerte por parte de la familia de sus agresores, por lo que huyeron de Calatepec.
En la segunda valoración hecha a finales de enero de este año, casi nueve meses después de la agresión, el resultado fue que no hubo violación. La fiscal Carmen Pinar Manríquez sugirió que la menor y su madre exageraban el hecho y le recomendó no continuar con la denuncia.
Finalmente, el 22 de marzo pasado, una nueva valoración hecha por dos médicos del Tribunal Superior de Justicia coincidió con el primero y acreditó la violación.
A casi un año de la agresión, la misma Fiscalía General del Estado (FGE) ha declarado que al momento “mantiene indagatorias y diligencias ante la presunta agresión sexual”. Ellos aseguran que se han mantenido cerca de la familia de la adolescente y siguen investigando a sus compañeros de clase, señalados como probables responsables. No obstante, la joven no ha recibido más asesoría psicológica ni atención médica y, sobre todo, sigue sin obtener justicia.