La tarde del día de ayer, 30 de abril, Rodolfo Peña, acudió a la casa de su expareja para visitar a su hijo Jonathan con motivo del Día del Niño; sin embargo, nadie imaginaba la tragedia que devendría de esta funesta cita, ya que el progenitor degolló a su vástago y posteriormente se quitó la vida.
“El estúpido de Rodolfo mató a mi niño y se mató él”, comentó la abuela del menor, acusando que su hijo de 40 años privó de la vida al pequeño, para posteriormente suicidarse de la misma forma.
El tétrico hecho tuvo lugar en la calle Prolongación Ciprés, colonia Nuevo Mirasierra, en Saltillo Coahuila. Primeras versiones señalan que el homicidio y posterior suicidio se realizaron con un arma de fuego que resguardaba Peña; sin embargo, ninguno de los vecinos asegura haber escuchado el sonido de algún disparo. Incluso, uno de
los elementos del Ministerio Público que acudieron a la escena del crimen declaró no haber encontrado ningún casquillo.
Yazmín Sota, una de las vecinas de la calle Huizache, declaró que horas antes platicó con el pequeño, ya que éste era compañero de escuela de uno de sus hijos. “No se metían en problemas ninguno de los dos (padre e hijo), sí bailaban, pero no se metían en problemas”, dijo.
De acuerdo con Sota, Jonathan y Rodolfo desde hace mucho tiempo salían a bailar con uno de los grupos de danzas de la calle, incluso antes de que Ángeles, mamá del niño y la exnovia del homicida, decidiera terminar la relación conyugal hace cuatro semanas.
Los terribles hechos del día de ayer se suman a una creciente ola de suicidios en la región (33) a causa de trastornos depresivos.
“Parece que estamos viviendo más fallecimientos por suicidios y depresión que por otro tipo de muerte violenta”, expuso el doctor Mario Alberto José de los Santos, expuso al señalar que los casos dejan en evidencia un sistema de salud que ha sido rebasado.
“Nosotros sabíamos que estaba deprimido, porque se separó de la mamá de los niños, pero nunca nos imaginamos que haría esto. A veces se quedaba con nosotros para no estar solo, a los niños los veía cada fin de semana”, relató el abuelo del menor y padre del filicida.
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