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Política a la Mexicana: decisiones políticas

Política a la Mexicana: decisiones políticas

Estábamos metidos en el problema de La Reforma Educativa y en los acontecimientos y sucesos de barbarie provocados por los maistros de la CNTE, cuando el gobierno decidió dar a conocer aumentos en el precio de las gasolinas y de las tarifas eléctricas. Aunque nunca hay un momento adecuado para hacer este tipo de anuncios, nos pareció más que inoportuno realizarlo en plena crisis magisterial y con el caos por el desabasto generalizado que ocurría en Chiapas y Oaxaca.

De inmediato se dejaron escuchar voces de protesta por los aumentos; que si nos habían dicho que ya no habría incrementos a la gasolina, que habría competencia y ello bajaría el precio, que ya no habría gasolinazos, que los efectos de la Reforma Energética se reflejarían muy pronto en los recibos de la luz etc. Los anuncios  crearon un ambiente que hacía necesario la comparecencia de funcionarios del gobierno ante los legisladores para explicarlas razones de los aumentos.

Así que la Comisión Permanente del Congreso decidió llamar a comparecer, ante los diputados y senadores que la integran, al director de la Comisión Federal de Electricidad, Enrique Ocho Reza. La comparecencia se llevó a cabo el pasado jueves 8 de julio en las instalaciones del Senado de la República y se desarrolló en un ambiente de amplio respeto y cordialidad entre el funcionario y los legisladores. Ochoa explicó, con la claridad y la eficiencia que siempre tiene, que los aumentos obedecían al propósito de hacer competitiva a la industria eléctrica. Por otro lado informó que se había logrado exitosamente la división de esa empresa productiva del estado en empresas subsidiarias y aclaró que el aumento en el precio del combustóleo obligaba al alza de las tarifas para el sector industrial, después de 18 meses consecutivos de reducción a las mismas.



No perdió la oportunidad de aclarar que las tarifas residenciales de bajo consumo, que son las que tienen el 90% de los mexicanos, se redujeron en 2% en lo que va del año. Todavía le entró a otros temas como el del uso del gas en lugar de combustóleo y contestó a cuanta pregunta le formularan  los congresistas y todo con lujo de conocimientos. Así que, en términos taurinos, cortó orejas y rabo.

Pero ya de salida y rumbo a su automóvil fue abordado por la prensa y a pregunta expresa, y seguramente preacordada, manifestó que esperaría a conocer la convocatoria que emitiría el PRI para elegir a su nuevo presidente y que “en caso de que yo cumpla con ella me registraré” ya que si los sectores y las organizaciones del partido “así lo deciden, sería el mayor honor de mi vida ser presidente del comité ejecutivo nacional». El ambiente del lugar se tornó, en unos cuantos minutos, de reconocimiento de los parlamentarios hacia el director de la CFE en uno de asombro y de sorpresa por sus manifestaciones a la prensa. Así nada más ¡Enrique Ochoa se había destapado para para presidir al PRI!

La noticia sacudió hasta el último rincón el universo priista que, aunque ya era esperada la convocatoria del partido, se encontraba aún en la etapa de la especulación de quién iría a dirigir al tricolor. No habían muchos nombres en boca de la clase política, sobre todo con la circunstancia que existía de la renuncia de su anterior dirigente Manlio Fabio Beltrones. Se hablaba de cambios en el gabinete y de otros movimientos, pero el nombre de Ochoa Reza no era mencionado ni por el más audaz especulador ni por el más prominente adivino de circo. Los que entienden al sistema comprendieron de inmediato que lo manifestado por Ochoa no había sido una puntada ocasional, sino un anuncio oficial de su candidatura a la presidencia del PRI que ya había sido acordada por quien aprueba las cuestiones políticas del país. Por lo que ipso facto los apoyos se iniciaron y el mecanismo de la gran cargada se puso en marcha y se virilizó en unas cuantas horas.

Más tardó Ochoa en presentar su renuncia a la CFE en Los Pinos que en acudir a recibir, al día siguiente, el apoyo del Sector Obrero priista en la CTM. Ahí lo recibió su líder Carlos Aceves Del Olmo, cual moderno Fidel Velázquez, que le expresó el apoyo del sector y le manifestó que “hay que dar oportunidad no solo a los nombres famosos, también a los de claridad de pensamiento y a los que a donde han estado lo han hecho bien”. Lo anterior para mitigar los señalamientos hechos a Ochoa por quienes le critican su escasa militancia en las lides del partido.



Para el sábado era recibido por la CNOP y su lidereza la senadora Cristina Diaz que le expresó también el respaldo de los cenopistas y consideró que el candidato representa a “ la nueva sangre del partido con capacidad y liderazgo”. Por su parte Enrique Ochoa manifestó que “el PRI tiene el mayor activo en el presidente de la República”. El domingo le tocó ir con el sector campesino en donde los cenecistas, aunque le expresaron su apoyo, estuvieron un poco bravucones y hasta hubo un líder veracruzano que le pidió actuar con “productos de gallina». Otros le expusieron duros reclamos contra las dirigencias estatales del PRI y contra algunos gobernadores. El senador Manuel Cota, secretario general de la CNC explicó que el apoyo del sector es en busca de impulsar la “ unidad del partido que es nuestra fortaleza”. Llegó el lunes y Ochoa puntualmente a las once de la mañana se estaba registrando como candidato ante la Comisión Nacional de Procesos Internos del partido, a donde fue acompañado de miles de priistas de todos los sectores. Como nota pintoresca del evento, también se registró como candidato el exlíder juvenil del PRI y exdiputado Hugo Díaz Thomé al que acompañaron dos amigos.

La designación de Enrique Ochoa como candidato a presidir al PRI tuvo su culminación esta tarde de martes, cuando el Consejo Político lo designó presidente del CEN priista. El proceso desde su auto destape ha sido un reflejo fiel de los tiempos que vivimos. Ha habido desde protestas por su corta carrera partidista hasta señalamientos graves por parte de cuadros importantes del partido. Dulce María Sauri, ex presidenta del PRI, calificó a la designación de Ochoa como “una acción desesperada frente a la derrota electoral”. Le criticó severamente su inexperiencia de partido y señaló que la designación no carece de legalidad pero si de legitimidad. El exgobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz, cuestionó desde su inicio la postulación y dirigió una carta a la presidenta interina del partido, Carolina Monroy, en la que lo menos que le dijo era que no había que darle la espalda a la militancia. Pero ahora agrega que con la llegada de Ochoa se repetirán los errores del pasado y el PRI estará en camino a perder las elecciones del 2018.

Ciertamente ha sido una decisión política muy controvertida la que tomó el presidente Peña Nieto, sobre todo en el momento difícil que vive el país. Los resultados electorales del 5 de junio y la renuncia de Manlio Fabio obligaban al presidente a tomar resoluciones urgentes que impidieran que el poder presidencial se le fuera de las manos en el manejo del partido. Los jefes de Estado, emanados del PRI, han sido durante su mandato los jefes natos del tricolor.

Lo han manejado conforme a las circunstancias de la Nación y, a veces, para apoyar sus intereses políticos. Para ello han llevado a dirigirlo a muy distintos personajes y, de vez en cuando, se han equivocado. Pero ha sido el ejercicio de una, como les llamaba Jorge Carpizo, facultad metaconstitucional que los priistas siempre le han concedido a su presidente y así es que llegaron al partido los Reyes Heroles, los Corona Del Rosal, Los Colosio, los Madrazo, los De La Vega etc. hasta los Lauro Ortega o las María De Los Ángeles Moreno. Enrique Ochoa Reza es un hombre joven con una imagen fresca y con el perfil que necesita el PRI en un país con hartazgo hacia los partidos y los políticos tradicionales.

No es un improvisado en la cosa pública, posee una vasta formación profesional con licenciaturas en economía y derecho, amén de maestrías y doctorado en ciencia política. Se desempeñó con acierto como subsecretario de energía y estaba llevando con éxito las riendas de la CFE. En efecto, no posee carrera partidista pero ha estado muy cerca “de la jugada” y entiende que los tiempos han cambiado por lo que afirma que “El partido necesita un cambio. El partido necesita un análisis autocrítico. El partido necesita abrir las puertas a sus militantes y a los jóvenes que aún no lo son”.

Desde luego que debemos reconocer que la llegada de Enrique Ochoa a la dirigencia priista abre de lleno la temporada de la sucesión presidencial y que, sin lugar a dudas, vuelve a tomar la delantera el grupo que encabeza Luis Videgaray con Aurelio Nuño y del que Ochoa Reza es parte. Se la ponen más difícil a Osorio Chong y a los otros en los que esté pensando el presidente Peña Nieto.

jcrh