El pasado jueves 30 de junio nos desayunamos con la noticia de que el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, había amagado con usar la fuerza para retirar los bloqueos de los maistros de la CNTE que impedían el abasto de productos en los estados de Oaxaca y Chiapas. Advirtió que se había llegado al límite del proceso de dialogo y que si bien tienen que ser escuchadas las exigencias de distintos grupos, existen otros sectores que piden libertad para utilizar las vías de tránsito.
Explicaba que no se había cancelado el dialogo, pero que se tenían que dar las condiciones para llevarlo a cabo ya que las cosas no podían seguir como estaban. Evidentemente se refería a que los bloqueos estaban produciendo efectos catastróficos en la población al empezar a escarcear la gasolina y los alimentos básicos como la leche, el maíz y el frijol. Lo dicho por el secretario Osorio causo una magnifica impresión en la opinión pública que ya quería ver medidas para contener a los maistros.
Pero lo que produjo un impacto inesperado en la ciudadanía fue lo informado ese mismo día por el secretario de Desarrollo social, José Antonio Meade, de que se establecería un puente aéreo para surtir mil tiendas de Diconsa en Oaxaca, que los bloqueos impedían surtirlas y, de esta manera, auxiliar a la población afectada que eran las clases económicas más débiles. Para tal efecto se utilizarían aviones de la Secretaria de la Defensa Nacional.
El anuncio de Meade hizo que el estupor invadiera nuestro juicio; se trataba de resolver un problema causado por un grupo minoritario, aunque ciertamente incontrolable y poderoso, con recursos públicos y a un altísimo costo para el gobierno con tal de no quitar los bloqueos directamente a través de las autoridades competentes. De inmediato vino a nuestra mente lo ocurrido en Berlín, Alemania en 1948 durante la llamada Guerra Fría, en que la Unión Soviética impuso un bloqueo a la zona oeste de esa ciudad que era controlada por las fuerzas aliadas occidentales.
El cierre de todos los accesos a la ciudad se dio por un problema de reforma monetaria que a los soviéticos no les pareció adecuado para sus intereses y, en consecuencia, determinaron un bloqueo total por carreteras, ferrocarriles y ríos que impidiera el paso a “especuladores de monedas y mercancías” a la ciudad. Lo que los rusos querían era en realidad que los aliados abandonaran la plaza para quedársela y para lograrlo iban a dejar a la población sin alimentos y combustibles. Los aliados intentaron enviar los bienes necesarios a través de un convoy terrestre, pero el temor a provocar un incidente peligroso los hizo decidir abastecer a la ciudad por vía aérea. Por ello, en junio de 1948, se inició el famoso Puente Aéreo de Berlín que continuo hasta mayo de 1949. El puente aéreo resulto un éxito para los aliados y los berlineses occidentales, pero tuvo un altísimo costo tanto en vidas como en recursos económicos y si los rusos levantaron el bloqueo fue por la mala imagen que les creaba y la popularidad y la admiración que adquirían los aliados entre la población.
No vale la pena tratar de establecer una similitud entre lo ocurrido en Berlín y la situación provocada por los maistros en Chiapas y Oaxaca, porque simplemente no la tiene. La CNTE no es el ejército soviético ni el gobierno federal es el ejército aliado. Solo conocíamos en México el uso de nuestras fuerzas armadas para auxiliar a la población en casos de desastre provocados por las fuerzas de la naturaleza, pero no por la acción vandálica de profes violentos que deberían estar dando clases.
El país no está en guerra ni atravesamos por una crisis generalizada ni los maistros son una casta divina a la que se debe consentir sin límites, por el contrario son un problema que ya no se justifica ni se puede tolerar en su actual arquetipo y que la Reforma Educativa trata de corregir. El puente aéreo oaxaqueño logro sus propósitos, ya desde el viernes pasado llevaron 108 toneladas de grano y otros básicos a la región de la costa del estado. Para el traslado de los bienes se utilizaron aviones Hércules C-130 de la Fuerza Aérea Mexicana que despegaron desde el aeropuerto de Puebla y que fueron despachados personalmente por el secretario Meade.
En los siguientes tres días se transportaron poco más de 600 toneladas de alimentos para las clases más vulnerables de la zona, aunque no queremos ni imaginar el costo que ello implicó , amén de los daños de todo tipo que se causaron a la población oaxaqueña o no que padeció los bloqueos. Los que si no llegaron, ni con el puente aéreo, fueron los libros de texto gratuito para el próximo ciclo escolar gracias al vandalismo de los maistros.
No podemos dejar de mencionar otros muchos daños que han causado los profes de la CNTE: la impartición de clases ha sido prácticamente inexistente, con las consecuencias que ello significa para los educandos oaxaqueños,
los bloqueos a la refinería “Antonio Dovalí Jaime” prácticamente paralizaron al estado de Chiapas al escasear la gasolina y provocar un mercado negro de combustibles, el transporte de mercancías se vio interrumpido al impedirse el acceso a los vehículos de carga de todo tipo a esa entidad, en Chiapas solamente se han cancelado más de 25 mil reservaciones lo que implica una pérdida de 72 millones para esta temporada vacacional así como la eliminación de miles de empleos en el sector turístico. La situación en Oaxaca es aún más difícil, ya que la industria sin chimeneas es vital para la economía estatal.
Hasta el momento se reportan pérdidas para los hoteleros del orden de 103 millones por cancelaciones y ahora se preguntan qué va a suceder con las festividades de La Guelaguetza. Pero lo que no se puede cuantificar ni ponerle precio es el hartazgo y la indignación de la ciudadanía que exige un alto a estos hechos delincuenciales y que la autoridad ejerza sus funciones para cumplir la ley incluyendo el legítimo uso de la fuerza que tiene el Estado cuando así sea necesario, el exceso de cuidar los derechos humanos en detrimento del cumplimiento de la ley es tan malo como el no respetarlos. En fin, que los maistros han perjudicado grandemente a la ya muy débil actividad económica de estas dos entidades sin olvidar lo que también han hecho en Guerrero y Michoacán.
El presidente Enrique Peña Nieto y sus colaboradores han dicho con razón que la Reforma Educativa no se negocia porque es ley y la ley se cumple. Por su parte los profes no aceptan el dialogo si no se incluye la derogación de La Reforma. Por eso el dialogo está detenido, los bloqueos continúan con todas las calamidades que ocasionan y el Estado proyecta una gran debilidad que no entienden ni justifican los ciudadanos.
Es justo reconocer que en la CNTE se han infiltrado grupos subversivos que nada tienen que ver con el tema educativo, es decir grupos guerrilleros disfrazados de CNTE a los que no se les enfrenta con los mismos protocolos como a simples disidentes, pero aun así no puede caerse en una pasividad que solo muestra fragilidad del gobierno. Por eso no acabamos de entender como en momentos tan difíciles como los actuales, los tecnócratas del gobierno anuncian incrementos en las gasolinas y en la energía eléctrica y, por otro lado autorizan alzas en otro servicios como en carreteras de paga o en el segundo piso del periférico. Que entiendan que la popularidad presidencial y la de todo el gobierno está en malos niveles y que los puentes aéreos no van a ser siempre buenos paliativos.
jcrh