*El tratamiento consiste en sumergirse desnudo durante 10 minutos en una bañera llena de petróleo espeso y maloliente a 38 grados
Sumergida hasta el cuello en un líquido oscuro y viscoso, Sulfiya sonríe. «Es tan agradable», dice extasiada, a pesar del olor a aceite de motor, esta sexagenaria rusa que acudió a calmar su artritis a Naftalan, una ciudad del noroeste de Azerbaiyán conocida por sus tratamientos con petróleo crudo.
Tras 10 minutos de inmersión, una asistente frota el aceite marrón oscuro de su piel y envía a Sulfiya a la ducha. «Hace tiempo que soñábamos» con pasar unos días aquí, cuenta esta empleada en el sector comercial que viajó con sus amigas desde la región rusa de Tartaristán.
Sulfiya asegura que al cabo de 10 días de tratamiento en esta estación termal del Cáucaso, redujo los medicamentos que toma para la poliartritis que sufre desde hace 12 años.
El petróleo de Azerbaiyán se exporta a todo el mundo y desempeña un importante papel en la economía de este país del Cáucaso.
Pero el procedente de Naftalan, una pequeña ciudad de unos 10,000 habitantes a más de 300 km de la capital, no sirve para el uso tradicional de los hidrocarburos, por ser demasiado espeso.
Controvertidos beneficios
Según la leyenda local, las propiedades de este «milagroso petróleo» se descubrieron por casualidad, cuando un camello dado por muerto cerca de un charco de crudo líquido se habría curado.
Actualmente, el tratamiento consiste en sumergirse desnudo durante 10 minutos en una bañera llena de este líquido espeso y maloliente a 38 grados.
«El uso del petróleo bruto para fines medicinales es considerado por los médicos occidentales como potencialmente cancerígeno», señala Maryam Omidi en una obra dedicada a los sanatorios soviéticos y a sus curas.
El crudo de Naftalan está compuesto en casi 50% por naftaleno, una sustancia presente en el humo de los cigarrillos y en los antipolillas. Allí, médicos y pacientes no escatiman en elogios.
Hasta 70,000 pacientes al año
Fabil Azizova, una de las doctoras del sanatorio Sehirli, explica que el petróleo local se usa sobre todo para tratar dolores y enfermedades de los músculos, los huesos y la piel, así como problemas ginecológicos y neurológicos.
En los años 1980, Naftalan recibía más de 70,000 pacientes por año, alcanzando su récord.
Pero cuando estalló la guerra en 1988 en la región fronteriza de Nagorno Karabaj –disputada desde entonces por Azerbaiyán y Armenia– casi todos los sanatorios de la ciudad se reconvirtieron en alojamientos para una parte de los cientos de miles de refugiados del conflicto.
Imagen: Especial