*Estudio revela que tener «perrhijos» o tratar a las mascotas como «humanos» puede ser síntoma de un trastorno psicológico

A lo largo de los años las familias han evolucionado; desde tener decenas de hijos, solo un hijo, o de plano ninguno.

Pero recientemente se ha dado a conocer un nuevo estilo de vida, en el que las parejas, o incluso personas solteras, han decidido dejar la crianza de un hijo a un lado y cambiarla por el cuidado de un perro o un gato.

Esta tendencia ha crecido en los últimos años, hoy en día es muy común ver a personas que cuidan más a sus perros que a ellas mismas.

Y no es que esto sea terrible pero, de acuerdo con un estudio reciente, realizado por la Universidad Nacional Autónoma de México, este tipo de actitud hacia las mascotas podría generar un trastorno mental.

Dice el estudio

El estudio, a cargo de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM concluyó que este tipo de comportamiento podría llegar a ser muy perjudicial, tanto para los humanos como para las mascotas.

Acciones como gastar más dinero en las mascotas que en uno mismo, vestir a los canes, gatos o cualquier animal como “humanos” son algunos ejemplos de este comportamiento.

Hay quienes incluso publican de manera excesiva fotografías de las mascotas, o crean perfiles de ellas.

Existen también quienes se dirigen a los perros o gatos como “mi bebé” o “mi amor”, estos son solo algunos ejemplos de actitudes que podrían denotar que estas personas sufren algún trastorno psicológico.

Las consecuencias

De acuerdo con Moisés Heiblum, quien participó en el estudio realizado por la UNAM, estos comportamientos generan grandes expectativas, mismas que la persona deposita en el animal.

Una recomendación que Heiblum hace a las personas que tienen una mascota en general, es que cuando estén a punto de comprar o de hacer algo por ellas, primero se pregunten, ¿Quién lo necesita más, el animal o yo?

Este comportamiento no solo afecta a los humanos sino a los animales de compañía que nos hacen un poco más amena la vida.

Al actuar de manera sobreprotectora con los perros o gatos se genera una dependencia.

Por lo anterior, cuando por situaciones cotidianas como el trabajo, viajes o la vida diaria, deben quedarse solos en casa, las mascotas sufren episodios de ansiedad o ataques de pánico.

Además de afectar su comportamiento normal, esto puede provocar que destruyan objetos u orinen en el interior de la casa.

Ahora ya lo saben,“humanizar” a los animales no es lo ideal, pero ojo, esto es muy diferente a que nosotros aprendamos a ser más “humanos” con estos animales que nos regalan grandes momentos, solo que, todo con medida.

Imagen: Especial 

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