CIUDAD DE MÉXICO.- Dura lex, sed lex y si los sufridos automovilistas como la ciudadanía misma, ahora serán los verificentros -314 en total- asentados en la Megalópolis tendrá que modificar su tecnología y que sus equipos puedan adecuarse a la lectura de las computadoras OBD a efecto de crear una base de datos que registren las emisiones de los vehículos.
Se dice que la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) -¿podrá con el paquete?- tendrá la responsabilidad de supervisar a que los centros dispongan de las herramientas adecuadas y por encima de todo evitar la corrupción.
“No habrá periodo de gracia, si la nueva norma lo prevé tendrán que estar preparados”, asegura en entrevista Arturo Rodríguez Abitia, subprocurador de Inspección Industrial. Se prevé un aumento en los recursos destinados a la dependencia, para contratar personal y que se realicen las inspecciones. Se espera que a finales de año todos los verificentros sean revisados.
De acuerdo a la nueva norma de verificación, los verificentros deberán contar con pantallas donde el usuario pueda ver el resultado de su prueba, las conexiones de lectura OBD, además de los equipos de la medición de partículas de los vehículos a diesel.
La Profepa también auxiliará a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes en la detección de vehículos contaminantes en carreteras federales o con placa federal.
Se utilizará protocolos de inspección previstos en la normatividad interna buscando llegar al objetivo de disminuir la contaminación en un porcentaje considerable.
r3