hace 9 años
Si no se crean reglas, “la humanidad podría enfrentarse a una situación apocalíptica en la que los robots se rebelarían contra sus amos humanos”, dijo la eurodiputada. “No queremos robots que se parezcan cada vez más a los humanos”, añadió, y propuso también un sistema para “impedir que las personas se vuelvan emocionalmente dependientes de sus autómatas”.