hace 8 años
Hockenheim, en su día, era un circuito de bravura, de monoplazas rodando a tope de vueltas por entre el bosque. Hoy, entre retoños y pinos crecidos, reposa una cruz perdida y casi olvidada entre la espesura: «Jim Clark – 7.4.1968». Este fin de semana, en el GP de Alemania