hace 8 años
La figura paternal del «comandante en jefe», tan respetada como temida, permaneció omnipresente, aunque toda su vida Fidel Castro cuidadosamente evitó el culto a la personalidad al estilo estalinista. En Cuba no hay estatuas suyas ni grandes retratos en las calles, pero los muros están cubiertos de sus consignas y la prensa oficial cita cotidianamente sus frases grandilocuentes.