Samantha es probablemente el robot sexual más famoso que existe y su creador tomó la decisión de exhibir su peculiar obra en el festival de arte electrónico Ars Electrónica, en Linz, Austria.

Pero lo que parecía una decisión genial no terminó como esperaban. Resulta que la muñeca inteligente, que puede responder cuando le hablan y reacciona a los tocamientos en lugares como sus pechos y sus caderas, resultó severamente dañada por aquellos que se acercaron a probar, literalmente, sus características.

El creador de este avanzado robot, Sergi Santos, quedó prácticamente traumado por el estado en el que terminó Samantha. Tuvo que llevarla a casa para repararla pues estaba casi inservible.

«La abrazaron hasta el cansancio, la penetraron con los dedos, le manosearon los muslos y se montaron en sus piernas. Sus manos perdieron varios dedos y sus pechos estaban destrozados», detalló.

El precio de Samantha ronda los 72 mil pesos mexicanos y Santos ya ha vendido 15 ejemplares de esta muñeca, aunque no ha dejado de mejorar la respuesta de su creación ante estímulos humanos. Quizás sea tiempo para que considere añadir mayor resistencia a los materiales con los que fabrica este robot.

También te puede interesar:

¿Sabías que hay muñecas sexuales con inteligencia artificial?

¿Robots sexuales?, tecnología con polémica