* Los jóvenes de hoy hacen hasta lo imposible para estar a la moda, algunos venden su virginidad en internet y otros, sus órganos vitales.

La tecnología llegó a nuestras vidas para hacernos más fácil las cosas, pero en el camino algo pasó y se volvió una obsesión.

Incluso algunos son adictos a los gadgets, tanto que su vida gira entorno a tener lo último del mercado.

Y así, los jóvenes de hoy han crecido con la idea de que para estar a la moda y tener «amigos», debes poseer lo más avanzado.

Por tanto, frases cómo «voy a vender mi riñón para comprarme un iPhone», suelen ser más escuchadas, pero jamás se pensó en llevarlas a cabo.

Pero en nuestra gustada sección «Mientras tanto en China…», la historia de hoy te dejará con la boca abierta.

Resulta que un joven, de apellido Wang, hizo lo que hasta hoy se pensó impensable, para poder conseguir un iPhone.

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El joven en cuestión tiene hoy 25 años, vive incapacitado y postrado en una cama, ¿por qué? a los 17 vendió uno de sus riñones para comprar un iPhone y un iPad.

El diario estadunidense DailyMail, relata que Wang lo hizo en medio de la desesperación, ya que quería estar a la moda.

Pero debido a la situación económica de sus padres, le era imposible acceder a los gadgets más avanzados del momento.

Entonces, la solución más fácil fue vender sus órganos en internet, en el mercado negro.

Wang cuenta que hubo tres interesados en su riñón y en 2011 salió de su casa en Anhui, una de las provincias más pobres de China.

Viajó hasta Hunan, obvio a escondidas de sus padres, y ahí se puso en contacto con sus intermediarios.

Ellos le presentaron a los cirujanos y una enfermera que trabajaban en hospitales locales.

Todo saldría bien, era un hospital «bien» y Wang accedió a la operación. La clínica no estaba certificada.

Le extirparon el riñón derecho, el intermediario lo vendió en mil yuanes (22 mil dólares, aprox.).

Pero de ese total, Wang sólo recibió 22 mil yuanes (3 mil dólares).

A pesar de todo, el joven quedó satisfecho, había logrado su cometido y pronto tendría lo que ansiaba, un iPhone 4 y un iPad 2.

Después, su madre fue quién lo descubrió al verlo con los aparatos tecnológicos y tuvo que contarlo todo.

Han pasado 8 años de aquella operación y las consecuencias están apareciendo y afectando la salud de Wang.

Hoy en día, cuando ya existe el iPhone X, debe ver todo desde una cama y esperar a ser atendido por su familia.

Padece insuficiencia renal y necesita diálisis regular.

¿Seguirás pensando en vender tu riñón por un teléfono?

Foto: Pixabay

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