- Las vacunas tradicionalmente se obtienen por métodos costosos que implican cultivos e infraestructura sofisticada, por lo que con la “tecnología verde” se busca obtener dosis seguras y a bajo costo
En un proyecto interinstitucional, especialistas trabajan en la viabilidad de “vacunas verdes”, según se dio a conocer durante los trabajos de la Reunión Anual de la Sociedad Norteamericana de Fitoquímica.
En el encuentro que se realizó en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), el investigador Sergio Rosales Mendoza detalló que esa investigación se enfoca a una tecnología aplicada en nuevos métodos para producir vacunas, utilizando a las plantas como una fábrica de vacunas.
En un comunicado de la UASLP, se informa que en el proyecto trabajan especialistas del Laboratorio de Farmacéuticos y Recombinantes de la Facultad de Ciencias Químicas y del Centro de Investigación en Ciencias de la Salud y Biomedicina de esa casa de estudios, así como del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (CIBNOR) en Baja California Sur.
También, detalla el comunicado, participan expertos de las universidades Nacional Autónoma de México (UNAM) y Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), junto con laboratorios de Estados Unidos y Europa.
Rosales Mendoza ofreció una conferencia en la Reunión Anual de la Sociedad Norteamericana de Fitoquímica, en su quincuagésima séptima edición.
El especialista explicó que las vacunas tradicionalmente se obtienen por métodos costosos que implican cultivos e infraestructura sofisticada, por lo que con la “tecnología verde” se busca obtener dosis seguras y a bajo costo.
La tecnología se basa en la ingeniería genética de plantas, una vez generados estos materiales se evalúa la posible vacuna en animales de experimentación para probar que sean seguras y efectivas. Destacó que este tipo de investigación es a largo plazo.
En la Facultad de Ciencias Químicas de la UASL, el equipo de investigación lleva alrededor de 10 años en el proyecto generando varios modelos considerados promisorios. Estiman que en un periodo de cinco años, logren vincularse con una empresa para transferir la tecnología e iniciar la evaluación en seres humanos, etapa que llevaría otros 10 años.
De la confianza de la población y comunidad científica en el producto, reconoció es importante difundir la ciencia, “por ejemplo, a nivel mundial ha habido movimientos de personas que se oponen a las vacunas sin argumentos científicos sólidos. Debemos generar conciencia en la población que las vacunas son una tecnología con grandes beneficios donde los riesgos están controlados y son mínimos”.
Añadió que a nivel de nuevas tecnologías también hay una labor pendiente de enterar a la sociedad respecto de la ingeniería genética y sus beneficios, “observamos el estigma hacia los transgénicos esa tecnología la debemos ver de manera objetiva ya que está trayendo beneficios sociales”.
Información e imagen: Notimex
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