Martin Watts, padre del pequeño Joey, para solidarizarse con su hijo se tatuó la misma cicatriz que el pequeño obtuvo al someterse a una cirugía de corazón abierto.

El hombre, decidido a garantizar el bienestar de su hijo prometió llevar la misma marca que él de por vida.

Joey, de seis años, nació con estenosis aórtica supravalvular y lo médicos le daban pocas esperanzas de vida.

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Sin embargo, una operación milagrosa de ocho horas le salvó la vida, aunque le dejó una enorme cicatriz como recordatorio de su lucha por la vida.

Pese a que es un niño muy pequeño, la enorme marca en su pecho le provoca algo de inseguridad, así que Martin, su padre, decidió solidarizarse con él.

El padre se tatuó la misma cicatriz para que su hijo superara este trance.

Padre se tatuó la cicatriz

Además del tatuaje, el padre se tatuó el cardiograma de su hijo, con los nuevos latidos de su corazón renovado.

Luego del tatuaje, Watts lo luce con orgullo al lado de su pequeño, a quien le demuestra que no hay nada de qué avergonzarse.

Recordándo que gracias a esa seña, Joey puede seguir viviendo.

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”Es absolutamente fantástico, solo le muestra que no tiene nada que temer y que debe estar orgulloso de lo que ha logrado en la vida. No es fácil que un niño de seis años o cualquier otro se someta a este tipo de cirugía.

“Cuando Joey vio la cicatriz, él solo dijo ‘¿es aquí donde me cortaron para arreglar mi corazón?’. Le hemos dicho que debería ser algo de lo que no debería avergonzarse. Todos los guerreros deben estar orgullosos de sus cicatrices”, dijo Martin Watts a los medios locales.