Imagen: Pixabay
- Las personas que están contra la vacunación aseguran que el grafeno tienen una especie de imán.
- Además, afirman que las dosis dañan el cerebro de las personas que se inmunizan.
- Sin embargo, el grafeno se emplea en objetos y aspectos que no están relacionados con el tema.
Conspiracionistas de la pandemia de Covid-19 y antivacunas recurren al grafeno para dar rienda suelta a su imaginación y desarrollar teorías sobre su uso en humanos.
Aseguran que se halla en las vacunas contra el coronavirus, que «modula» la conducta y que hasta existe en las pipas de girasol.
El equipo de verificación de AFP analizó decenas de publicaciones que contenían desinformación en varios idiomas en torno a este nanomaterial.
Fue descubierto en 2004 y tiene potencial para revolucionar la electrónica, la industria aeroespacial, la energía y la medicina.
A continuación, los principales lugares en que propagadores de teorías conspirativas y contra las vacunas ubicaron el grafeno.
Componente de vacunas
Los videos de supuestos vacunados con metales adheridos a sus extremidades avivaron la teoría de que el grafeno era responsable de ese «magnetismo».
Eso lo aseguraron el antivacunas argentino Luis Marcelo Martínez o el español Ricardo Delgado. Incluso el diputado uruguayo César Vega las replicó en conferencia de prensa en el Palacio Legislativo.
Expertas y expertos rechazan estas versiones explicando que el grafeno no es soluble. Además, no tiene propiedades magnéticas naturales y no podría generar imantación por la poca cantidad de material: es una lámina de una capa de átomos de espesor.
Aunado a ello, ninguna de las vacunas contra el Covid-19 aprobadas por la OMS tiene grafeno entre sus ingredientes.
Material de los hisopos
Otra teoría compartida miles de veces asegura que los hisopos de las pruebas PCR para detectar el coronavirus contienen grafeno, lo que «magnetizó» el rostro y el tabique nasal de los afectados.
Pero los hisopos se fabrican con polímeros convencionales, como poliéster.
Autopsia cerebral
Miles de usuarios compartieron en redes el video de una autopsia de cerebro con la intención de mostrar los efectos letales del grafeno «en las funciones neuronales de una persona vacunada».
Pero las imágenes muestran en realidad una hemorragia intracerebral y circulan desde 2019, más de un año antes de la aprobación de las primeras vacunas contra el Covid-19, e incluso antes de la identificación de la enfermedad.
Tecnología 5G
Quienes afirman que las vacunas contra el Covid-19 contienen grafeno sostienen que el objetivo de inocular ese elemento es controlar la mente y afectar el cuerpo humano.
Según una de sus hipótesis, la tecnología 5G «envía frecuencias» al grafeno que entró al organismo a través de la vacunación, y eso crea los síntomas propios del coronavirus.
Así explican que lo acaecido en el mundo desde marzo de 2020 es una «plandemia», término utilizado en redes para afirmar que la pandemia de Covid-19 fue planeada por las élites gobernantes.
Expertos consultados aseguran que el grafeno se podría usar para mejorar la tecnología 5G, pero aclaran que no tiene ninguna relación con el coronavirus.
La actual pandemia, además, se diferencia poco de otras sufridas por la humanidad, cuando no existían estas tecnologías.
Radiofrecuencia
Otro mensaje en redes afirma que el grafeno «se puede manipular mediante radiofrecuencia» para «modular» las emociones humanas y, de paso, obtener la posición GPS de la persona.
Los expertos estudian posibles aplicaciones del grafeno que permitan entender mejor el cerebro. No puede obtener una posición GPS, ni por sí solo ni por radiofrecuencia.
Hasta en las pipas
La fijación en redes con el grafeno hizo que «apareciera» hasta en paquetes de pipas de girasol. En un video viral, un hombre explica que el material está presente en el conservador de frescura porque este era magnético.
El fabricante, con sede en Sevilla, negó echar grafeno a las pipas y aclara que no produce daños a la salud ni al medioambiente.
Según la autoridad española de seguridad alimenticia, SESAL, esos absorbentes de oxígeno impiden el deterioro de los alimentos y se emplean desde hace lustros.
Más tardes, se comprobó que el material utilizado no es grafeno, sino polvo de hierro, razón por la que el paquete se imanta.