Saman Kunan fue un submarinista que murió durante el rescate de los niños tailandeses futbolistas y su entrenador, atrapados en una gruta inundada en Tailandia, convertida hoy en gran atracción turística.

«Es un héroe para todo un país. Salvó a nuestros jóvenes», los doce adolescentes del equipo de fútbol los «Jabalíes salvajes», atrapados durante más de dos semanas en esta gruta inundada, en plena temporada del monzón.

Antes de la operación internacional de rescate que movilizó día y noche a centenares de personas y mantuvo en tensa expectativa a millones en todo el mundo.

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Era un sitio tranquilo, lejos de los circuitos turísticos.

La gruta de Tham Luang acogía a 5.000 visitantes por año antes de lo ocurrido con los «Jabalíes salvajes», según Kawee Prasomphol, responsable del lugar.

Este año, «de octubre a abril hemos recibido a 1,3 millones de turistas» tailandeses pero también extranjeros, con máximos a veces de hasta 25.000 personas por día durante el feriado del fin de año, se felicita.

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Phitsawphong gestiona las camionetas que se turnan para llevar a los visitantes desde el parking hasta la entrada de la gruta.

El turismo «crea trabajo para los locales. Antes los agricultores de la zona tenían que pedir créditos para comprar fertilizante», dice.

Les habitantes locales esperan la reapertura de la gruta, como muy pronto en 2020, y que los numerosos acontecimientos previstos en torno a la «aventura de los Jabalíes salvajes».

El gobierno ha destinado 50 millones de bahts para desarrollar el lugar y sus alrededores, según Kawee Prasomphol, responsable del sitio.

A pocos kilómetros de Tham Luang se prevé construir un centro comercial, restaurantes, hoteles y varios campings.

«Es normal que la gente intente ganar dinero. Pero es importante que el sitio conserve un cierto aspecto espiritual. Porque aquí se ha producido un milagro con esos niños», dice Cheong, un turista de Singapur.

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