Un golpe de calor habitualmente se asocia con estar bajo el rayo directo del Sol o por desplazarse de algún sitio a otro cuando la temperatura del ambiente es elevada.

Sin embargo, un caso que se ha hecho viral en Internet muestra que no siempre es así.

Tal historia sirve también para estar más alerta, en especial con los niños, ante escenarios similares.

Golpe de calor

La pequeña Anastasia decidió dormir una siesta en casa.

Su madre, Jennifer, le permitió hacerlo pues no vio ningún riesgo en ello.

Aquel día hacía calor, así que pasado un tiempo, la madre decidió revisar a su niña.

Al entrar y verla en la cama, se percató que la pequeña estaba empapada en sudor.

Ante ello intentó despertarla, pero la niña no reaccionó.

Decidió llamar a la ambulancia, por lo que los paramédicos llegaron a revisar a la niña aún desmayada.

Ellos hicieron pruebas en la menor y se percataron que su nivel de azúcar era muy bajo, así que le administraron glucosa.

Tras un par de minutos, Anastasia despertó en llanto, muy asustada.

Todo se debió a un golpe de calor.

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La historia ocurrió hace ya casi un año. Sin embargo, volvió a tomar relevancia por el calor que últimamente padece gran parte del mundo.

En especial, para estar pendientes de los más jóvenes, más vulnerables de sufrir estos padecimientos.

Los síntomas de un golpe de calor son:

• Fiebre.
• Cambios en el estado mental o comportamiento (confusión, agitación, dificultad del habla).
• Calor, piel seca o sudoración excesiva.
• Náuseas y vómitos.
• Piel enrojecida.
• Pulso acelerado.
• Respiración agitada.
• Dolor de cabeza.
• Desmayo.

En caso de detectar uno, la ayuda médica es necesaria.

Mientras esperas, deberás tratar de disminuir la temperatura de la persona que lo sufra.

Se puede retirar el exceso de ropa o ayudar con una toalla mojada para refrescar la frente de la víctima.

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