MÉXICO.- Con el fin de desarrollar nuevas herramientas que ayuden a anticipar los cambios en el potencial eruptivo del volcán Popocatépetl, investigadores en Geociencias del Instituto Politécnico Nacional (IPN), coordinado por la canadiense Julie Roberge, trabaja en la caracterización del magma.
Los estudios petrológicos que contribuyen al monitoreo de la actividad volcánica indican que no se espera una explosión grave del Popocatépetl en los próximos años, ya que las erupciones que con frecuencia ha registrado reducen el potencial de riesgo.
En el Laboratorio de Análisis Integrales en Geociencias y Energía, de la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura (ESIA), Unidad Ticomán, la geóloga y sus estudiantes de licenciatura y posgrado desarrollan el análisis petrológico y geoquímico de rocas ígneas con muestras de ceniza del volcán con la finalidad de estimar si hay aportaciones de nuevo magma.
Julie Roberge explicó que el nuevo magma son sedimentos rojos y aún frescos, muy difíciles de encontrar pero que al analizarlos dan una mejor idea de la intensidad de las fumarolas o erupciones que emanan del volcán.
El equipo científico trabaja también en los depósitos antiguos para hacer una comparación de las diferencias de la recámara magmática entre erupciones potentes y pequeñas, como las que ha producido el Popocatépetl desde 1994.
Su investigación integrará datos de otros volcanes activos como el de Colima (México), Tungurahua (Ecuador), Etna (Italia) y Sakurajima (Japón), para comparar su actividad y determinar la razón por la que el Popocatépetl arroja magma sólo en pequeñas cantidades.
Actualmente su grupo de colaboradores está conformado por los estudiantes de maestría Carlos Ángeles de la Torre, Kevin Pedroza Aldana y María Fernanda Flores Ríos.
La vulcanóloga es una de las pocas expertas alrededor del mundo que usa las inclusiones en cristal para descifrar los procesos magmáticos, lo que le valió en 2015 la obtención del Premio Newton que otorga la Royal Society de Reino Unido.
con información del IPN
jcrh