CIUDAD DE MÉXICO.- Para muchas personas el montañismo es un deporte e incluso un pasatiempo, pero para los jóvenes de la Asociación de Excursionismo y Montañismo del Instituto Politécnico Nacional y del Club de exploradores de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (ESIME), Unidad Zacatenco, es un estilo de vida.
Durante la Semana de Excursionismo y Montañismo en la ESIME Zacatenco, Daniel Castillo Ramírez, egresado de ese plantel, quien desde hace 16 años se dedica a esa actividad, comentó que el montañista se rige por un código ético para lograr un equilibrio entre cuidar a la naturaleza y las relaciones humanas, ya que esta disciplina se realiza en grupo.
El montañismo, agregó, requiere que te despojes de tu egoísmo y aprendas a compartir conocimientos y experiencias con los demás porque no se puede practicar si piensas sólo en ti, hay que confiar en los demás; en este deporte de eso depende incluso tu propia vida.
Invitó a los jóvenes a practicar este deporte, ya que convivir en grupo con otras personas y disfrutar de la naturaleza durante el ascenso a la montaña ayuda a oxigenar el cerebro y a mantener sano al cuerpo humano. Esta vitalidad se refleja en las actividades diarias que realiza cualquier persona, aseguró.
Cuando tenía 10 años de edad subí a unas rocas de tres metros de altura, mis padres se espantaron y me pidieron que me bajara de inmediato, pero cuando estaba en la cima disfruté plenamente de ese momento y desde entonces me gusta escalar”.
Daniel Castillo señaló que una de las cosas más gratificantes del montañismo es disfrutar de la compañía de los amigos y compartir con ellos la experiencia que adquieres en el camino, no sólo de llegar a la cima de una montaña.
“En la montaña somos un grupo, si cae uno caemos todos; si se lastima uno, todos bajamos al refugio para atenderlo, porque no se va por el ego personal, se va a compartir en grupo, la esencia del camino es disfrutar de la naturaleza”, concluyó.
con información del IPN
jcrh