GUADALAJARA, JALISCO.- Investigadores del Centro Universitario de Tonalá (CUTonalá), se han dado a la tarea de llevar a cabo un estudio para conocer la relación de la leche materna, la flora intestinal y la obesidad. La meta además, es crear un mapa de hábitos de alimentación en lactantes especialmente en Jalisco.
Con esto, se busca conocer cómo influye la lactancia materna en su flora intestinal y en el desarrollo de enfermedades en la edad adulta. Los sujetos de estudio, son niños desde recién nacidos hasta los seis meses de edad.
Este trabajo, es encabezado por Karla Janette Nuño Anguiano, investigadora del Departamento en Ciencias de la Salud del CUTonalá. Sobre la utilidad del mismo, indicó que en la entidad no hay estadísticas de los niños alimentados con leche materna y tampoco un seguimiento de su salud durante la infancia.
“En la población mexicana no tenemos muchos patrones de referencia de ese tipo de microbiota, entonces la idea es empezar incluso a nivel local para saber cómo está Jalisco, en donde estadísticamente tenemos una población elevada de pequeñitos obesos”, dijo la académica.
La flora intestinal es conocida también como microbiota y está conformada por un conjunto de bacterias situadas en el intestino, que no son dañinas para la salud, sino que ayudan en ciertos procesos digestivos y fisiológicos del cuerpo.
De acuerdo con la experta, la intención del estudio es conocer qué tipo de alimentación tienen los niños desde el primer día de vida, pues es un elemento que potencia el crecimiento de esos microorganismos que inciden en el control del peso corporal.
Un bebé adquiere esta microbiota una vez que nace y la fortalece con los alimentos que ingiere, pero también este conjunto de bacterias son determinantes para inhibir o desarrollar futuros problemas de salud, como el sobrepeso o enfermedades como la diabetes.
“Podría ser un parámetro muy importante que ayude a determinar si podrías o no presentar obesidad, que requiere de muchas otras variables, pero se ha visto que una muy fuerte es la microbiota intestinal, que es como la huella digital: diferente en cada sujeto”, dijo. Detalló que todo el alimento que consume una persona es digerido y transformado por la flora intestinal, para luego ser absorbido por los órganos del cuerpo.
“Si un bebé consume leche materna de manera exclusiva durante sus seis primeros meses de vida, tendrá una microbiota con mejor proporción bacteriana que le ayudará a realizar mejor el proceso metabólico y no propiciar el crecimiento del tejido adiposo, y por ende, evitar la obesidad o el sobrepeso”, afirmó.
El equipo encabezado por Nuño Anguiano realizará trabajo de campo durante poco más de un año con niños y mamás que son atendidos en instituciones públicas de salud, lo que de manera paralela les permitirá fomentar la lactancia materna.
Por otro lado, una de las intenciones del estudio es promover la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses de edad del bebé.
con información de agencias
jcrh