TECAMACHALCO, PUEBLA,- Estudiantes de la Universidad Tecnológica de Tecamachalco (Uttecam) han aplicado la teoría con la práctica que les ha permitido reconvertir el agro de su región con nuevos cultivos como la fresa, el jitomate y las rosas en seis variedades.
Este municipio se localiza en la parte central del estado de Puebla, y pese a contar con importantes canales de riego, su tierra es árida donde la mayoría de la población siembra maíz, frijol y algunas hortalizas.
Sin embargo, estudiantes de Ingeniería, Agricultura Sustentable y Protegida han logrado que del campo poblano surjan nuevos cultivos, que comercializan localmente para reinvertir en su institución, continuar con la investigación, y lo más importante, adquirir experiencia al llevar la teoría a la práctica.
El campo experimental -superficie de mil metros cuadrados- donde se halla el cultivo de la fresa, surgió como una parte de una materia escolar -dice Eloy Guascoyotl- e iniciaron en tres secciones que cuenta con 700 plantas que han conseguido duplicar.
De cada sección los estudiantes obtienen 10 kilogramos de fresa, mismas que se comercializa en la misma región, entre pobladores que ya conocen de este cultivo y hacen los pedidos de manera anticipada, así como para el consumo del personal de la universidad.
Jazmín de la Cruz Juárez, alumna de la Ingeniería en Agricultura Sustentable y Protegida, expuso que al principio no fue fácil, pues la gente creía que era fresa de otro estado del país, pero pronto se ganó el paladar de los poblanos ya que la fresa poblana se caracteriza por tener buen color, buen tamaño y un sabor dulce.
Para lograr un buen resultado, los estudiantes –quienes son los encargados de todo el proceso de cultivo- cuidan del riego y la poda de las plantas, cuidan mucho la temperatura porque si sube la temperatura en el invernadero el sabor de la fresa es un poco más ácido, y cuando la temperatura baja y ésta se mantiene el sabor de la fresa será más dulce.
“En el invernadero todo el año se produce fresa. Acá los compañeros nos organizamos por grupos para después de clases trabajar en el invernadero, cuidamos el cultivo, la cosechamos, empacamos y vendemos”, expresó.
El precio del fruto dependen de la ley de la oferta y la demanda, por lo que en promedio los escolares la comercializan de 40 a 50 pesos el kilogramos, recursos que se reinvierten para mantener el cultivo y continuar con sus trabajos de investigación.
Precisamente en trabajos de investigación es que continuaron experimentando otros cultivos, como el melón, las rosas y el jitomate. El primero no se logró porque el fruto se obtenía de tamaño pequeño; sin embargo, les fue mucho mejor con las otras cosechas.
Julio César Ascensión Carrera, también estudia la Ingeniería de Agricultura Sustentable y Protegida y es el encargado del campo experimental para el cultivo de jitomate que abarca mil metros cuadrados donde hoy se cuentan con tres mil 500 plantas.
En el cultivo de jitomate ha aprendido lo que es tutoreo, es decir, guiar a la planta para su crecimiento; deshojarlas para dejar libre la parte de abajo donde se darán los frutos; y el raleo, que es la selección de los frutos.
En entrevista, destacó los beneficios de contar con estos invernaderos en la Uttecam, ya que además de tener el contacto directo con el campo, la práctica también les ayuda a conocer sobre plagas y enfermedades, pues no todos los universitarios se dedican al cultivo sino también a investigación en laboratorios.
Todos los universitarios, dijo, “contamos cada vez más con equipos profesionales para nuestras prácticas, lo que nos permite estar en contacto con la realidad y adquirir experiencia al momento de egresar”.
Tal es el caso de María de los Ángeles Martínez Salas, responsable del cultivo de rosas en seis variedades: blanca, roja, rosa, rosa intenso, salmón y amarillo.
La joven explicó que el proyecto inició al poner en práctica lo aprendido en las aulas. Bajo la tutoría de sus docentes iniciaron con la realización de las camas, la medición de la densidad de la plantación, instalación del sistema de riego, sistema de tutoreo y enmallado.
“El enmallado del invernadero es importante porque en este municipio la tierra es árida y las temperaturas son elevadas. Los rosales son cultivos que son afectados por las altas temperaturas, lo ideal es mantenerla en climas frescos de 18 a 22 grados centígrados; pero hemos logrado adaptarla a la región y hasta ahora los resultados son favorables”, expresó.
Las rosas de la Universidad Tecnológica de Tecamachalco ya son conocidas en la región por un botón de buen tamaño, buena presentación, buen color, un tallo con altura y con diámetro grueso para que dure más tiempo fresca en los floreros.
La venta es por docenas de 25 a 35 pesos, dependiendo de la demanda en el mercado; siendo las rosas blancas las más solicitadas por su aroma, y las rojas por el color del botón y el tamaño del tallo.
Los entrevistados manifestaron que de los tres cultivos, las rosas son de mayor cuidado. Es un cultivo que iniciaron en enero de 2016 y después de seis meses comenzaron con el corte de la flor. Además, demandan mejor nutrición de la planta, riego y podado puntual, así como cuidado para evitar plagas.
Los universitarios coincidieron en que pasar de la teoría a la práctica no solo les ayuda a tener experiencia en el campo laboral, si no ampliar su visión como profesionista, contribuir al campo poblano, reconvertir los cultivos tradicionales y demostrar que el campo es y seguirá siendo un buen negocio.
En el caso de Jazmín, que después de conocer y trabajar en el invernadero de fresa, se visualiza cultivando gerberas en su comunidad donde el terreno también es árido.
“Emprender mi proyecto me dará la oportunidad de reconvertir el campo de mi comunidad, emplear a jóvenes para que regresen a la agricultura y que no solo vean una oportunidad de empleo en las maquiladoras”, dijo.
En tanto, María de los Ángeles quiere ser su propia jefa y con el apoyo de diversas instituciones instalar su propio invernadero para continuar con la producción de rosas.
Mientras que Julio César y Eloy quieren continuar adquiriendo experiencia laboral y llevar sus conocimientos a otros estados de la República Mexicana, incluso al extranjero.
En ese sentido, Raúl Álvarez Marín, rector de la Universidad Tecnológica de Tecamachalco, mencionó que la preparación académica de los egresados de este instituto es de alto nivel, lo que ha permitido que sus egresados sean empleados por las empresas donde realizaron su servicio social o prácticas profesionales.
También resaltó que la institución apoya a los alumnos, pues debido a su formación les permite la movilidad a otros países como Estados Unidos, Canadá, Francia, Argentina y España, entre otros donde hay egresados de la Uttecam.
“El idioma inglés es materia obligada en las nueves carreras que ofrece la Universidad Tecnológica de Tecamachalco, pero también ofrecemos idiomas como francés, alemán y japonés como una alternativa para los universitarios”, expuso.
Actualmente la Universidad Tecnológica de Tecamachalco cuenta con tres mil 303 alumnos en las nueve carreras que ofrece entre ingenierías o como técnico superior universitario.
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