Viajes en tráiler, la pesadilla de los migrantes que buscan llegar a EU : Digitall Post
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Viajes en tráiler, la pesadilla de los migrantes que buscan llegar a EU

AFP

Por: AFP

hace 3 años

Viajes en tráiler, la pesadilla de los migrantes que buscan llegar a EU

Imagen: AFP

  • Pese a ser denigrantes, los viajes en tráiler pueden costar desde 7,500 dólares y a menudo los financian familiares en Estados Unidos.
  • Uno de los migrantes cuenta que en el camión viajaban un centenar de personas y durante el viaje 1,000 km «no lo revisó nunca ninguna autoridad».
  • Desde 2014, 6,430 migrantes fallecieron o desaparecieron en el trayecto hacia Estados Unidos, según la OIM.

Los migrantes José Mario y su familia pasaron 18 horas en la caja helada de un tráiler rumbo a Estados Unidos. Aunque fue tormentoso, agradece no haber corrido la suerte de 53 migrantes que murieron en uno asfixiados por el calor en San Antonio.

Este hondureño, que permanece en México con su esposa y 3 hijos, siempre intentó eludir la opción del tráiler. Sabía que muchos migrantes fallecen en esos vehículos, por lo general sin ventilación.

Pero los «coyotes» (traficantes de personas), a quienes parientes pagaron 13,000 dólares por llevarlos a Texas , no le dieron alternativa.



«Uno cuando hace el trato lo primero que les pide es que no lo vayan a montar al contenedor. Pero ya en el camino hacen lo que quieren», dice a la AFP Licona, de 48 años.

Llegó a Ciudad Juárez hace dos semanas con su esposa e hijos de 8, 6 y 2 años ya que autoridades estadounidenses los expulsaron.

Lograron cruzar la frontera desde Reynosa a donde llegaron en tráiler desde Ciudad de México.

Tenía en la memoria el accidente de un remolque que dejó 56 migrantes muertos en una carretera de Chiapas el 9 de diciembre de 2021; ahora se suma la tragedia de San Antonio, donde otros 53 murieron asfixiados el pasado lunes.



«Muchas veces abandonan los contenedores» con la gente adentro, señala.

Arrepentidos

José Mario cuenta que en el camión viajaban un centenar de personas y «no lo revisó nunca ninguna autoridad»; aún cuando recorrieron más de 1,000 kilómetros.

El de la desgracia de San Antonio pasó por 2 puntos de revisión migratoria en Texas, según el gobierno mexicano. Sus placas, licencia y logotipos eran falsos.

En un hecho similar en 2017, murieron 8 migrantes; otros 19 fallecieron en un contenedor en 2003.

El comerciante emigró de su natal Colón el pasado 20 de mayo tras sufrir un asalto en el que recibió un disparo en el brazo, que aún le produce fuertes dolores. Comentó que el viaje en tráiler fue tan «terrible» que hoy se arrepiente.

«Estaba muy frío, ese sí traía aire helado. A mis niños les puse dos pantalones, tres camisas y una colcha para arroparlos. Durmieron, no sintieron el camino, traíamos suero para darles pero al final no los quise despertar. Gracias a Dios, aquí estamos», relata.

La baja temperatura también le intensificó el dolor del brazo, pero su mayor preocupación era llegar a Texas, donde finalmente la familia se entregó a la patrulla fronteriza con la esperanza de obtener refugio.

Hoy esperan una «excepción humanitaria» para ser admitidos.

Su esposa confiesa que tampoco volvería a subir a un tráiler. «No, porque viene uno arriesgando su vida y la de sus hijos».

De los 53 fallecidos en San Antonio, 27 eran mexicanos,14 eran hondureños, 7 de Guatemala y 2 de El Salvador. Se desconoce la nacionalidad de 3.

«Ángel» salvador

Migrantes entrevistados por la AFP en otros refugios fronterizos cuentan que los viajes en remolque duran hasta 2 días y que van amontonados como «animales», pues en un vehículo pueden meter hasta 400 personas.

Por el calor extremo, algunos se desmayan o se quitan la ropa, abren desesperadamente huecos en las cabinas, además de que no reciben comida y evitan tomar agua para no tener que orinar.

Cuando los contenedores son refrigerados es como estar en un «congelador», describió una joven luego de la tragedia de Chiapas.

Por eso Jenny, quien emigró de Honduras con sus hijas de 8 y 14 años, rechazó subir a un tráiler en Villahermosa y continuó su travesía sin «coyotes».

«Esa noche que iba a salir (…) como que un ángel me salvó», asegura la mujer de 32 años, que huye de las pandillas en su país y teme que sus hijas puedan ser abusadas por traficantes.

Desde 2014, al menos 6,430 migrantes fallecieron o desaparecieron en el trayecto hacia Estados Unidos, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), y 850 perecieron en accidentes o por viajar en condiciones infrahumanas.

Pese a ser denigrantes, los viajes en tráiler son costosos y a menudo financiados por familiares en Estados Unidos. A Jenny le cobraban 7,500 dólares por persona.

Los manejan «redes cada vez más complejas. No viajan con un solo coyote, estamos hablando de empresas criminales», declaró a la AFP Dolores París, especialista en migración del Colegio de la Frontera Norte.

París se muestra sorprendida de «lo poco que se aborda el tema de la corrupción» de autoridades presuntamente ligadas a traficantes.

Tranquila por no haber recurrido a esos mercaderes, Jenny espera también en el albergue de Ciudad Juárez una «excepción humanitaria» con un mensaje al gobierno de Estados Unidos: «Toda persona tiene derecho a una oportunidad».

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Miedo en la frontera entre México-EU por los aranceles de Trump

AFP

Por: AFP

hace 3 días

Miedo en la frontera entre México-EU por los aranceles de Trump

En su camión cargado con vehículos Toyota, Raúl Hernández hace fila al amanecer para cruzar la frontera entre México y Estados Unidos, preocupado por los aranceles que anunciará el presidente estadounidense, Donald Trump.

Si Trump sigue adelante con su plan para imponer estos impuestos aduaneros y obligar a las empresas a mover su producción a Estados Unidos, muchos trabajadores en México van a sufrir, dice.

«Va a dejar mucha gente sin trabajo aquí», asegura este conductor de 37 años a la AFP, mientras espera en la cola para pasar a la vecina San Diego desde Tijuana.

Las fábricas que operan empresas extranjeras son vitales para la economía de ciudades fronterizas como Tijuana y sus miles de trabajadores, señala Hernández.

Muchos puestos de trabajo dependen de las exportaciones a Estados Unidos. «Si las plantas paran por los aranceles sí perjudica a México, perjudica a la ciudadanía mexicana».

Detrás de él, en la fila de camiones, Omar Zepeda también transporta camionetas Toyota Tacoma desde una planta cercana de esa armadora japonesa.

Al igual que Hernández, Zepeda está nervioso por el impacto de los aranceles.

«Va a bajar bastante el trabajo con nosotros, porque va a subir el producto (de precio) y va a haber menos compras», prevé este conductor de 40 años.

«Viene algo difícil»

Las ciudades industriales del norte de México albergan miles de fábricas gracias a beneficios fiscales y al acuerdo de libre comercio con Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

La mayor parte de las familias en Tijuana trabajan en «el transporte y la mano de obra», apunta Zepeda.

«La verdad está muy difícil lo que viene», asegura.

El gobierno de la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, también reconoce esa incertidumbre. Ha optado por esperar a conocer los aranceles de Trump antes de anunciar un plan económico «integral» para hacer frente a esta nueva amenaza.

Durante su descanso en una planta de Toyota a las afueras de Tijuana, Apolos Velas dijo que estos gravámenes darían un golpe brutal a la ciudad.

«Mucha gente se va a quedar sin trabajo», dice.

Ojo por ojo

En Tijuana, donde la pobreza y el crimen no dan tregua, no solo los empleados de fábricas y del transporte dependen de los miles de millones de dólares del intercambio comercial entre México y Estados Unidos.

Charito Moreno, quien vende burritos a los camioneros en un puesto junto a la barda fronteriza, dice que los aranceles lastimarían a toda Tijuana si las plantas despiden trabajadores.

«Toda la gente depende de esas empresas», afirma esta mujer de 44 años.

Si las compañías acuden al llamado de Trump para mover su producción a Estados Unidos, «sería muy trágico para Tijuana porque pues mucho trabajador se quedaría sin empleo», dice.

Al salir de un camión que lleva equipo para albercas a Estados Unidos, Antonio Valdez dijo que ahora los transportistas tienen más papeleo que entregar.

«Un trámite salía en una hora. Ahorita tardan todo el día en hacer el cálculo y el pago de impuestos» ya vigentes, dice, tras comprar un burrito y seguir su camino hacia Estados Unidos.

Aunque Sheinbaum ha descartado una respuesta del tipo «ojo por ojo, diente por diente», el camionero Alejandro Espinoza cree que México debe responder a Estados Unidos donde duele. Si imponen aranceles, «ya no les vamos a mandar aguacates. A ver cómo le hacen», dijo sonriendo.

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