Imagen: AFP
- Juana Alonzo, migrante indígena guatemalteca acusada de secuestro regresó a su país este domingo.
- Un informe de la ONU dice que la capturaron en Reynosa, la llevaron a una casa y la obligaron a trabajar.
- 2 migrantes que estaban ahí lograron contactar a las autoridades quienes acusaron a Alonzo de secuestro la torturaron y encarcelaron injustamente por 7 años.
Una migrante indígena guatemalteca que torturaron y encarcelaron injustamente acusada de secuestro por 7 años regresó este domingo a su país. Su liberación se dio después de que el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) abogó por ella.
«Yo soy inmigrante, yo no soy secuestradora», dijo Juana Alonzo, de 35 años, al salir del aeropuerto de la capital. Allí la recibieron familiares y amigos que viajaroAFOn más de 10 horas por carretera desde maya-chuj de San Mateo Ixtatán.
«Yo injustamente estuve (…) en la cárcel, pero gracias a Dios estoy viva», agregó. «Juanita», como se le conoce cariñosamente, estuvo desde noviembre de 2014 en prisión preventiva en Reynosa, Tamaulipas.
La orden de liberación de Alonzo la firmó el jefe de la Fiscalía General de Justicia de Tamaulipas, Irving Barrios, este sábado.
«Están todas las pruebas de que fue torturada y de que lleva años presa. Incluso las autoridades de Tamaulipas ya aceptaron liberarla. Ojalá que lo hagan (…) porque aceptaron que era una injusticia», dijo el jueves AMLO.
Alonzo migró en agosto de 2014 con intención de llegar a trabajar en Estados Unidos.
Según un reporte de la ONU en México, un «coyote», traficante de migrantes, la capturó en Reynosa con otra mujer. Las llevaron a una casa y las obligaron a trabajar.
2 migrantes que estaban ahí lograron contactar a las autoridades. Posteriormente acusaron a Alonzo de secuestro. Ella no entendió el señalamiento pues en ese momento solo hablaba maya.
«La policía la detuvo y reubicó en una estación de la policía local en Reynosa. Durante su interrogatorio, (…) nuevamente enfrentó la barrera del lenguaje y no pudo contestar a las preguntas», indicó el reporte.
«Ella adujo que, en venganza, los oficiales la golpearon y la amenazaron apuntándola con armas de fuego. Eventualmente cedió y firmó una declaración auto-incriminatoria», agregó el texto de la ONU.
El canciller guatemalteco, Mario Búcaro, quien acompañó el retorno de Alonzo, señaló que darán seguimiento al caso por el que se abrió una investigación.
Cada año, miles de guatemaltecos inician un viaje a Estados Unidos sin papeles para huir de la pobreza y la violencia. El año pasado, el país norteamericano deportó vía aérea a 17,806 guatemaltecos, mientras que en 2020 fueron 21,057 expulsiones.
