Imagen: Cortesía
- De acuerdo con una de las creadoras de Maxicca, desde la pandemia, el número de bazares ha aumentado considerablemente.
- Una de las razones, sostienen, es que ante la pérdida de trabajos, las personas vieron una oportunidad de emprender en ellos.
- Por ello, los bazares se convirtieron en un espacio para que micro emprendedores se dieran a conocer.
Maxicca verbena inició hace seis años como parte de un proyecto para reunir a pequeños y micro emprendedores de un nicho específico que, hasta ese momento, no encontraban un lugar para vender sus diseños.
Con una temática especial en torno a los místico, holístico y hasta las brujas, Maxicca ha logrado brindarle un espacio a más de 100 emprendedores que buscan incrementar sus ventas o ser conocidos.
«En sus inicios creo que las mujeres éramos las que estábamos buscando todas estas herramientas de autoconocimiento y magia, entonces creo que por eso se prestó a que fueran en su mayoría mujeres emprendedoras», dijo Jimena Michel, cofundadora de Maxicca.
El primer espacio del bazar fue en Huerto Roma Verde, el 13 de octubre de 2018, donde se empezó con 25 marcas. Con tres ediciones ahí, el siguiente espacio fue una casona de la calle Guadalajara, donde han perdurado hasta ahora.
«Maxicca creció de manera orgánica y muy rápido porque es para cierto target, pero creo que algo que nos diferencia es que en cada edición creamos un concepto», agregó Michel.
El boom de los bazares para emprendedores
Desde la pandemia, el número de bazares ha aumentado considerablemente. Una de las razones, sostiene Michel, es que ante la pérdida de trabajos, las personas vieron estos espacio como una oportunidad para el emprendimiento.
«Salió todo este tema de de apoyar a las marcas locales, y la verdad es que todos nos vimos beneficiados por eso. Creo que a raíz de eso surgieron muchos emprendimientos y también por eso surgieron tantos bazares», puntualiza Michel.
Según datos de CONTPAQi, 54% de los emprendedores que lanzaron sus negocios en pandemia lo hicieron para contar con un ingreso extra; 45% para ser independientes y trabajar por su cuenta; y 27% porque perdió su empleo.
Además, en 2021, el Inegi reportó que el país contaba con 148,024 microempresas y 98,917 pequeñas empresas.
De hecho, uno de los requisitos para ser parte del bazar es ser una marca local. Para los emprendedores acudir a los bazares significa tener visibilidad de sus productos ya sea para darse a conocer y ganar clientes.
«Hasta que estás ahí ya es cuando te das cuenta que si tus precios están bien, los acepta el público», agregó Michel.
Maxicca busca diferenciarse con conceptos únicos
Por su parte, Edith Michel, hermana de Jimena, se encarga de la producción del espacio, porque a diferencia de otros bazares, Maxicca tiene un proceso como si fuera un evento con montaje.
«Se cuenta con una producción como tal. No es una organización de un bazar, como muchos creen que puede ser. Aquí sí hay una logística: sí hay un equipo de trabajo, equipo de montaje y proveedores», sostuvo Edith.
«[A los emprendedores] los vemos realmente como nuestros clientes porque finalmente por ellos hacemos por ellos se hace el bazar», agregó.
El evento se realiza cada dos meses y para llegar a ese resultado, Edith y Jimena deben pensar en el concepto incluso una semana después que acaba el último bazar y la convocatoria de los emprendedores se hace un mes antes de la fecha de inicio.
«Nos fijamos mucho en la persona que está detrás del proyecto; que tenga conocimiento por su marca, que tenga buena actitud y conviva bien con la comunidad del bazar», explicó Jimena.
En esta edición 21, Maxicca espera replicar el último número de asistencia de aproximadamente 6,000 personas.
«Yo también llegué a ir a bazares y justo había cosas que no me gustaban. Por eso propuse que se cambiaran estas cosas. Para nosotros es súper importante tener todo lo necesario para que a ellos les vaya bien y para que disfruten su estancia en cada edición», concluyó.