La historia de Earl Morrall y cómo el futbol americano mata lentamente : Digitall Post
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La historia de Earl Morrall y cómo el futbol americano mata lentamente

La historia de Earl Morrall y cómo el futbol americano mata lentamente

 

* Earl Morrall, dos veces campeón del Super Bowl, falleció como muchos exjugadores de futbol americano, con terribles secuelas de los golpes y contusiones del rudo deporte

 



Cuando los Patriots y los Rams se enfrenten este domingo en el Super Bowl, Matt Morrall no podrá evitar pensar en los últimos años de vida de su padre, fallecido como muchos exjugadores de futbol americano por problemas degenerativos en su cerebro ligados a la violencia de ese deporte en Estados Unidos.

En su despacho de Fort Lauderdale, en Florida, Matt Morrall luce una imponente escultura de un jugador de football americano.

Es uno de los dos trofeos de MVP que su padre recibió durante su larga y brillante carrera en la NFL, entre 1956 y 1976.

Earl Morrall, dos veces ganador del Super Bowl, entró en la leyenda con los Miami Dolphins en la campaña 1972-1973 como la única temporada perfecta de la historia, con 17 victorias y ningún tropiezo.



Morrall murió en 2014 con 79 años «después de cinco o seis años difíciles», relata su hijo a la AFP.

«Mi padre disputó 21 temporadas en la NFL y, durante ese periodo, recibió muchos golpes en la cabeza ya que en esa época los quarterbacks no estaban tan bien protegidos como ahora», recuerda Matt, un abogado de 61 años.

«Cuando murió, una encefalopatía traumática crónica (CTE) de estadio 4 le fue diagnosticada. Sufría las primeras muestras de demencia, de Parkinson y de Alzheimer», detalla.

Parálisis

«Lo más duro fue ver su deterioro. Tenía una voz que escuchábamos por la televisión durante los partidos a pesar de los gritos de la gente. Al final de su vida, sufría de parálisis vocal a causa de la enfermedad de Parkinson, estaba mucho menos presente y tenía dificultades para expresarse», recuerda su hijo.

«Solo pesaba 66 kilos, no podía comer ni tragar. De hecho, ya no era autónomo a los 79 años. En nuestra época, no eres tan viejo a esa edad», lamenta.

La encefalopatía traumática crónica es una enfermedad que persigue al football americano y a la NFL desde principios de los años 2000, cuando varios estudios científicos demostraron una relación entre los golpes repetidos en la cabeza que sufren los jugadores y el deterioro cerebral.

El estudio más reciente, en julio de 2017, fue llevado a cabo tras analizar tejido cerebral de 111 jugadores que pasaron por la NFL y que fallecieron de manera prematura. El CTE fue detectado en 110 de ellos.

«Grandes lecciones de vida»

Las denuncias de unos 4500 exjugadores y sus familiares desde 2010 llevó a reaccionar a la NFL, que aseguró haber consagrado millones de dólares a investigación e indemnizaciones, además de cambiar las normas.

«Solo la naturaleza repetitiva de este tipo de golpes explica esta patología pero también está el tipo de impacto, la intensidad, la posición de la cabeza en el momento del choque…», explica el profesor Sergio Gonzales-Arias, neurólogo de la Universidad Internacional de Florida.

A escasos dos días para su gran final, seguida por más de 100 millones de telespectadores solo en Estados Unidos, la NFL anunció que el número de conmociones cerebrales descendió un 29% en un año (135 esta campaña por 190 la anterior) gracias a las nuevas normas puestas en liza esta temporada.

«Estamos satisfechos por la evolución a la baja pero aún queda mucho trabajo por hacer», estimó Jeff Miller, vicepresidente y encargado de los asuntos de salud y seguridad de la liga.

Matt Morrall está seguro de ello.

«No creo que los niños deban jugar al football (americano) con placajes. No hasta que no lleguen al instituto», apunta.

Morrall sigue de cerca este deporte, a pesar de todo.

«El football americano puede tener un lugar en la vida de cada uno. Es un deporte que te enseña grandes lecciones sobre la vida que podemos utilizar pero me gustaría que los niños estuvieran protegidos y que las reglas evolucionaran para proteger a todo el mundo», concluye.

 

Información e imagen: AFP 

 

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Miedo en la frontera entre México-EU por los aranceles de Trump

AFP

Por: AFP

hace 5 días

Miedo en la frontera entre México-EU por los aranceles de Trump

En su camión cargado con vehículos Toyota, Raúl Hernández hace fila al amanecer para cruzar la frontera entre México y Estados Unidos, preocupado por los aranceles que anunciará el presidente estadounidense, Donald Trump.

Si Trump sigue adelante con su plan para imponer estos impuestos aduaneros y obligar a las empresas a mover su producción a Estados Unidos, muchos trabajadores en México van a sufrir, dice.

«Va a dejar mucha gente sin trabajo aquí», asegura este conductor de 37 años a la AFP, mientras espera en la cola para pasar a la vecina San Diego desde Tijuana.

Las fábricas que operan empresas extranjeras son vitales para la economía de ciudades fronterizas como Tijuana y sus miles de trabajadores, señala Hernández.

Muchos puestos de trabajo dependen de las exportaciones a Estados Unidos. «Si las plantas paran por los aranceles sí perjudica a México, perjudica a la ciudadanía mexicana».

Detrás de él, en la fila de camiones, Omar Zepeda también transporta camionetas Toyota Tacoma desde una planta cercana de esa armadora japonesa.

Al igual que Hernández, Zepeda está nervioso por el impacto de los aranceles.

«Va a bajar bastante el trabajo con nosotros, porque va a subir el producto (de precio) y va a haber menos compras», prevé este conductor de 40 años.

«Viene algo difícil»

Las ciudades industriales del norte de México albergan miles de fábricas gracias a beneficios fiscales y al acuerdo de libre comercio con Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

La mayor parte de las familias en Tijuana trabajan en «el transporte y la mano de obra», apunta Zepeda.

«La verdad está muy difícil lo que viene», asegura.

El gobierno de la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, también reconoce esa incertidumbre. Ha optado por esperar a conocer los aranceles de Trump antes de anunciar un plan económico «integral» para hacer frente a esta nueva amenaza.

Durante su descanso en una planta de Toyota a las afueras de Tijuana, Apolos Velas dijo que estos gravámenes darían un golpe brutal a la ciudad.

«Mucha gente se va a quedar sin trabajo», dice.

Ojo por ojo

En Tijuana, donde la pobreza y el crimen no dan tregua, no solo los empleados de fábricas y del transporte dependen de los miles de millones de dólares del intercambio comercial entre México y Estados Unidos.

Charito Moreno, quien vende burritos a los camioneros en un puesto junto a la barda fronteriza, dice que los aranceles lastimarían a toda Tijuana si las plantas despiden trabajadores.

«Toda la gente depende de esas empresas», afirma esta mujer de 44 años.

Si las compañías acuden al llamado de Trump para mover su producción a Estados Unidos, «sería muy trágico para Tijuana porque pues mucho trabajador se quedaría sin empleo», dice.

Al salir de un camión que lleva equipo para albercas a Estados Unidos, Antonio Valdez dijo que ahora los transportistas tienen más papeleo que entregar.

«Un trámite salía en una hora. Ahorita tardan todo el día en hacer el cálculo y el pago de impuestos» ya vigentes, dice, tras comprar un burrito y seguir su camino hacia Estados Unidos.

Aunque Sheinbaum ha descartado una respuesta del tipo «ojo por ojo, diente por diente», el camionero Alejandro Espinoza cree que México debe responder a Estados Unidos donde duele. Si imponen aranceles, «ya no les vamos a mandar aguacates. A ver cómo le hacen», dijo sonriendo.

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