CIUDAD DE MÉXICO,- Francisco Bolívar Zapata, invetigador emérito de la UNAM, sostiene que a 20 años de cultivos transgénicos, a la fecha no se han dejado de consumir y tampoco se han reportado efectos nocivos en la salud humana o en la biodiversidad.
Por el contrario, han permitido reducir la aplicación de pesticidas, lo que implica un impacto ambiental menor, pues muchos de los productos químicos rociados en sembradíos, además de contaminar, son carcinogénicos, consideró quien también fuera Premio Príncipe de Asturias en 1991 y egresado de la Facultad de Química (FQ).
Al impartir el ciclo de conferencias “Biotecnología: organismos transgénicos, sus grandes beneficios y la ausencia de daño”, el investigador explicó que la rama del conocimiento que da título a las charlas es una actividad multidisciplinaria que permite entender a los organismos de manera más profunda, a través del estudio de moléculas que modifican estructuras e incluso el núcleo de organismos vivos.
¿Cuál es el propósito de esta disciplina? Facilitar la solución de problemas en sectores como el de la salud, el agropecuario, el industrial y el medioambiental, de forma sustentable y mediante el desarrollo de tecnologías eficaces y competitivas, expuso.
Al respecto, el universitario analizó la experiencia del uso de medicamentos recombinados en el país y detalló que desde 1982 es factible conseguir proteínas transgénicas para tratar problemáticas clínicas como el factor anticoagulante, la insulina o el interferón (en cuya obtención participó Bolívar Zapata en 1977).
“Tras incorporar el material genético humano a alguna bacteria o célula de otro organismo se han producido más de 100 diferentes proteínas idénticas a las del hombre”, indicó.
Otra área de impacto es la alimentaria, en especial la dedicada a la elaboración de cerveza y quesos. “Estos procesos industriales se llevan a cabo en distintos puntos del planeta —y sin provocar objeciones— con proteínas de origen transgénico”, aseguró.
No obstante, sí hay sectores que repudian su empleo en las plantas, pese a que este tipo de cultivos datan de 1996. Con base en el artículo británico Economic impact of the GM crops, Bolívar Zapata refirió que entre 1996 y 2012 se reportó un beneficio neto de 18 mil millones de dólares para los productores estadounidenses de maíz que aprovechan esta técnica.
“El dato es relevante porque hay casi 18 millones de agricultores en EUA que producen este cereal, del cual México importa una cantidad considerable para forraje”, añadió.
Al referirse a la controversia sobre los riesgos a la salud, el científico de la UNAM citó documentos emitidos por organismos como la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia, la Academia de Ciencias Americana o el Consejo Asesor de Academias en Europa, en los que se fundamenta y promueve su uso y optimización.
Un comunicado avalado por 25 científicos, cuya labor ha sido reconocida con el Nobel, argumenta que estas técnicas abonan al bienestar de la humanidad, acotó el también integrante de El Colegio Nacional.
“Desde hace años ingerimos transgénicos —en particular cerveza y quesos— sin problema, por lo que debemos informarnos como sociedad y no satanizar, a fin de ponderar las alternativas”, sugirió.
Con relación a la tarea científica, el académico instó a la UNAM —y a la FQ en particular— a avanzar en el rubro, “porque aquí tenemos el conocimiento bioquímico para sustentar estas ideas”.
En este marco, entregó a la biblioteca de la facultad la edición más reciente del libro “Organismos transgénicos, por un uso responsable”, editado por el Comité de Biotecnología de la Academia Mexicana de Ciencias, que reúne trabajos de 20 científicos nacionales con información sobre los organismos genéticamente modificados y cómo se ha avanzado en ese renglón.
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