Un jurado en Nueva York declaró culpable de todos los cargos al gurú estadounidense Keith Raniere.

Los cargos se le imputaban por liderar una organización en la que se rodeó de esclavas sexuales.

El hombre de 58 años estaba acusado, entre otros cargos, de tráfico sexual, extorsión, delincuencia organizada, amenazas y abuso a menores.

Se enfrenta a una posible cadena perpetua y conocerá su condena el 25 de septiembre de este año.

Raniere disimulaba esas prácticas tras una organización creada en 2003, Nxivm (pronunciado Nexium).

Su objetivo oficial era ofrecer formaciones para una mayor realización personal de sus integrantes.

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Desde el comienzo el gurú mantuvo bajo su influencia a un círculo de entre 15 y 20 mujeres con las que tenía relaciones sexuales a su antojo. Uno de ellas apenas tenía 15 años.

En 2015 creó una segunda organización paralela piramidal, llamada DOS, que se dividía en «esclavas» y «maestras». Todos los miembros eran mujeres y respondían ante el gurú.

Las esclavas tenían que tener relaciones sexuales con Raniere cada vez que él lo deseara.

Antes de ser aceptadas como esclavas, las mujeres entregaban fotos, cartas y documentos comprometedores para ellas.

Con este material, la organización las amenazaba con publicarlo si ellas abandonaban DOS.

«Maestro de la manipulación»

La organización marcaba con fuego a algunas de las víctimas con un símbolo que representaba las iniciales del gurú.

«Este juicio ha mostrado que Raniere, que se presentaba como una eminencia y un genio, era en realidad un maestro de la manipulación, un estafador y el jefe de una organización criminal», declaró el fiscal federal de Brooklyn, Richard Donoghue, tras la sentencia.

«Esos delitos y los de sus cómplices destruyeron matrimonios, carreras, patrimonios y vidas», prosiguió.

Durante las seis semanas de juicio, la acusación describió a Raniere como una persona capaz de utilizar los resortes psicológicos clásicos para mantener a sus fieles bajo control.

La defensa del acusado intentó, por su parte, que el jurado diferenciara la moral de la legalidad en los hechos perpetrados por Raniere.

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Su principal abogado, Marc Agnifilo, reconoció que la actitud del gurú podía parecerle más que dudosa a los miembros del jurado, pero recordó que eso no lo convertía en un delincuente.

Raniere aseguró que las relaciones sexuales que mantenía con los miembros de la secta eran consentidas.

«No puedo decir que esté realmente sorprendido», comentó Agnifilo tras la sentencia, que su cliente tiene intención de recurrir.

La justicia imputó en un principio a seis personas por este caso.

No obstante, cinco coacusados de Raniere se declararon culpables y evitaron así el juicio.

Solamente una de esas personas testificó durante el juicio del gurú.

La actriz Allison Mack y la heredera de la compañía de licores Seagram, Clare Bronfman, que se declararon culpables al inicio del juicio, no asistieron a declarar.