ESTADOS UNIDOS,- Una encuesta formulada por la Universidad de Michigan y financiada por el Instituto Nacional de Abuso de Drogas, indica que el consumo de marihuana entre los adolescentes superó al de cigarrillos en 2016, aunque el alcohol prevalece en sustancias adictivas entre los menores.
Para este estudio se tuvo la participación de 45.473 estudiantes de 372 escuelas públicas y privadas del país en los cursos de octavo,décimo y doceavo grados y cuyas edades fluctuaban entre los 14 y 18 años. La marihuana fue la droga ilícita de mayor uso entre los adolescentes.
El estudio titulado «Monitoring the Future» -Monitoreando el futuro-, que se realiza desde 1975, el consumo de marihuana se estabilizó en un 36% entre los jóvenes en su último curso de educación obligatoria y en un 24% para los de décimo curso y descendió en los de octavo a un 9.4%. Entre los adolescentes, el 6% de grado doce aseguró haber fumado marihuana casi a diario en el último mes, lo que significa por lo menos 20 días de los últimos 30. Entre los del octavo curso la cifra de 0,7% y entre los del décimo grado fue del 2.5%.
También se detectó una mayor tasa de consumo de marihuana entre los estudiantes en los estados con leyes que aprobaron su utilización medicinal, en comparación con los estados que no las tienen, con un 38,3 % en el primer caso y un 33,3 % en el resto de los territorios.
Sin embargo, el estudio destaca que el uso de alcohol, tabaco y el resto de drogas se redujo «de modo significativo» durante los últimos años, y se encuentra en uno de los niveles más bajos desde la década de 1990. Mientras que el 10,7 % de los estudiantes de secundaria fumaba medio paquete o más de cigarrillos al día a principios de los años noventa, esa tasa se redujo al 1,8 % veinticinco años más tarde.
El alcohol sigue siendo la sustancia más consumida entre los adolescentes en el país norteamericano, superando también a la marihuana, pero en una tendencia a la baja tanto en la ingesta durante el último mes como en la del último año. En 2016, la «borrachera extrema», definida como diez o más bebidas seguidas al menos una vez en las últimas dos semanas, se situó en el 3 %, 10 % y 16 %, respectivamente, en los grados ocho, diez y doce, con una reducción de al menos la mitad en cada curso en los últimos 20 años.
Entre los hispanos, el consumo de alcohol y cocaína fue más alto que entre los otros grupos étnicos y raciales, aunque las diferencias no fueron muy importantes. En cuanto a los opiáceos, a pesar del alza en la población adulta, las poblaciones juveniles siguen disminuyendo el consumo, con una caída del 45 % en el uso durante el último año en comparación con la cifra de hace cinco años, hasta el 2,9 %.
En general, la proporción de estudiantes de secundaria en el país que utilizaron drogas ilícitas el año pasado también cayó «significativamente» en comparación al año anterior.
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