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- En los últimos 12 meses, los costos de la comida y servicios como la electricidad, el agua y el gas han aumentado, por lo menos, el doble.
- Estos costos impactan el bolsillo del trabajador, con algunos de ellos incluso «pagando» por trabajar.
- Políticas flexibles y servicio de comedor son algunas de las estrategias que las empresas pueden lanzar para apoyar a sus empleados.
Atrás quedaron los días de pandemia en que muchos trabajadores de cuello blanco laboraron desde los escritorios de casa, o las vacantes con modalidades híbridas, que caen en picada.Sin embargo, los precios y costos que quedaron tras la crisis sanitaria solo siguen aumentando. Por ello, no es difícil de imaginar que el regreso a la oficina en México ya impacta a los trabajadores.De hecho, en los últimos 12 meses, los principales bienes y servicios han aumentado. No es casualidad que una despensa de dos semanas para dos personas te cueste más de 1,500 pesos, que estés a la caza de una gasolinera con el precio más bajo por litro o esperes a las rebajas para comprar ropa básica.El costo de los alimentos subió 70%, mientras que los servicios de electricidad, agua y gas crecieron un promedio de 47%. Además, la gasolina es 46% más cara, sin mencionar que la ropa aumentó 39%, según encontró el
estudio de Capterra, «Costos, desplazamiento y beneficios del trabajo presencial en México». Por ende, 53% de los encuestados dijeron que los gastos personales y asociados a su trabajo aumentaron.
Cuando pagas por trabajar
Para los empleados que trabajan de manera presencial e híbrida, los principales gastos son:
- Gasolina (43%)
- Transporte público (29%)
- Comidas (23%)
- Vestimenta profesional o uniforme (46%)
Sin embargo estos no son los únicos gastos para el regreso a la oficina en México. Toma en cuenta las personas que laboran en lugares conflictivos, donde no hay estacionamiento empresarial o se debe pagar parquímetro; o quienes deben pagar vías de cuota para ahorrar tiempo, como sucede con quienes viven en la zona metropolitana de Ciudad de México y trabajan en la capital.Estos son gastos que siguen relacionados al trabajo, pero que muchas empresas no asumen y sí impactan en la calidad de vida de un empleado.“Las empresas no deberían descuidar las percepciones y sentimientos de sus empleados si quieren mantener un ambiente saludable en cualquiera de los formatos de trabajo en el que operen”, comenta Bruno Peláez, Senior Content Analyst de Capterra México.
Empleados que pagan por trabajar
En Ciudad de México, un lugar pequeño con una enorme cantidad de habitantes, es difícil encontrar lugar. Sobre todo para estacionarte a la hora de ir a trabajar. Este tipo de gastos son los que muchos trabajadores ya no consideran razonables, mucho menos cuando laborar híbrido o desde casa significó ahorrar dinero.Por ende, 68% de los empleados encuestados señalaron que si el regreso a la oficina implica gastos desproporcionados se plantearían pedir un aumento o, de plano, buscar un nuevo empleo, soluciones que pueden tardar en cristalizarse.El problema surge con quienes toman decisiones trascendentales cuando enfrentan el sobrecosto de volver a l oficina, es decir, quienes aplican una renuncia silenciosa (36%) o quienes de plano optan por renunciar en el momento (22%).
¿Los trabajadores quieren el regreso a la oficina en México?
Hoy, a cuatro años de la pandemia, 42% de los trabajadores encuestados trabaja de manera presencial, 36% trabaja de manera híbrida y 22% lo hace en remoto.Pero si pudieran elegir, 53% de los empleados preferiría trabajar de manera remota todo el tiempo y 40% hacerlo de manera híbrida.La aversión al regreso a la oficina en México es tan grande que casi 4 de 10 empleados presenciales estarían dispuesto a aceptar una reducción de salario a cambio de hacer
home office, según el informe.Si bien aplicar una reducción salarial no es una jugada inteligente o legal, es un ejemplo de la desesperación del trabajador por desafanarse del tráfico, la gasolina y los gastos hormiga que terminan siendo más bien del tamaño de un hormiguero entero.Los trabajadores encuestados sugieren que, antes de una reducción de sueldo, las empresas pueden ofrecer un horario más flexible de trabajo (85%), servicio de comedor gratuito o con descuento (85%) y viáticos para desplazarte al trabajo (83%) e incentivar el trabajo presencial. Incluso antes de pensar en un aumento (66%).