* La empleada del lugar se negó a congelar gatos.
En Indiana, Estados Unidos, un caso de maltrato animal está dando mucho de qué hablar luego de que la empleada de un albergue para mascotas publicara una conversación con un funcionario del establecimiento que le pedía meter a gatos vivos en el congelador.
La mujer, llamada Bridget Wooson, se negó a meter a un felino herido al congelador y, en cambio, lo llevó al veterinario.
«Oye, llevé al gato al veterinario y lo dejé. Puede descontar el costo de mi cheque si eso es un problema. No pondré animales vivos en el congelador si hay otra opción disponible, por favor no me pidas que vuelva a hacer eso», escribió Wooson al funcionario de control animal.
Poco después la decidida mujer renunció a su trabajo en el albergue y acudió a las autoridades para denunciar los actos que se llevaban a cabo ahí, pues, como se lee en el mensaje, para el agente encargado del establecimiento, congelar gatitos «no es menos humano», sino aparentemente una especie de eutanasia alternativa.
Según detalló Wooson al diario Courier & Press, el encargo completo consistía en tomar a los gatos lesionados, meterlos en bolsas de plástico y luego en el congelador para que murieran.
Fue justamente a dicho periódico al que le compartió la captura de pantalla de la charla en la que se negó a someter a un ser vivo a una helada muerte.
Cabe señalar que, según las normas de eutanasia para animales de la Asociación Americana de Medicina Veterinaria, «el congelamiento o enfriamiento lento de animales sin anestesia» no está aceptada como técnica de eutanasia.
Tras el escándalo, la Junta de Control Animal del condado de Spencer emitieron un comunicado asegurando que reconocen las acciones que ocurrieron en el albergue y aseguraron que son opuestas a su misión de cuidar y atender a los animales.
Además, detallaron en el documento que ya revisaron sus normas y que han tomado nuevas medidas para atender esas acciones «inaceptables».
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