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- Durante el juicio de Genaro García Luna han subido al estrado 25 testigos entre los que se encuentra el ex fiscal de Nayarit Edgar Veytia.
- La Fiscalía estadounidense espera presentar este lunes como testigo a Jesús «Rey» Zambada, un exmiembro del cártel de Sinaloa.
- Además, la Corte no permitirá pruebas de bienes posteriores a 2012.
El juicio de Genaro García Luna se reanuda este lunes en Nueva York. Esto, tras la decisión de la Fiscalía de poner fin al desfile de testigos y la posibilidad de que el ex policía suba al estrado para defenderse de los cinco cargos de narcotráfico y falsificación de documentación.
La Fiscalía estadounidense espera presentar este lunes como testigo a Jesús «Rey» Zambada, un exmiembro del cártel de Sinaloa. Esta sería la segunda vez que testifica pues, previamente lo hizo durante el juicio de Joaquín el «Chapo» Guzmán en 2018. Allí, contó que entregó a García Luna entre 6 y 8 millones de dólares en sobornos de 2005 a 2007.
La defensa, por su parte, dejó entrever la posibilidad de que quien fuera director de la Agencia Federal de Investigación (AFI) entre 2001 y 2005 y secretario de Seguridad Pública de 2006 a 2012 suba al estrado para defenderse.
No se abordarán ciertos temas durante el juicio de García Luna
La semana pasada, la defensa presentó al juez instructor Brian Cogan un requerimiento para impedir que el gobierno en su interrogatorio aborde ciertos temas.
El juez respondió que «la indagación permisible en el contrainterrogatorio para demostrar la parcialidad o cuestionar la credibilidad puede ser más amplia que el alcance de las pruebas que el Tribunal ha permitido para demostrar los delitos imputados».
La Corte no permitirá pruebas de bienes posteriores a 2012. Es decir, que no tengan relación con los cargos y ayuden a demostrar la supuesta riqueza del arquitecto de la lucha contra el narcotráfico durante el sexenio del presidente Felipe Calderón (2006-2012).
Se estima que acusado recibió no menos de «230 mdd» en sobornos procedentes del narcotráfico. Esto, según un cálculo que elaboraron con base a datos de testigos.
La Fiscalía neoyorquía acusa a García Luna de cinco cargos, cuatro relacionados con las drogas y otro de falsedad de documentos. Es el funcionario mexicano de mayor grado que se sienta en el banquillo de tribunales estadounidenses.
Ayudó al cartel de Sinaloa y a Joaquín «Chapo» Guzmán a introducir 53 toneladas de cocaína en Estados Unidos.
«Narcoestado»
Durante tres semanas de juicio, la Fiscalía presentó a 25 testigos que dejaron en evidencia cómo el narcotráfico se introdujo en instancias destinadas a combatirlo. Por ejemplo, las fuerzas de seguridad y la connivencia con autoridades nacionales y locales, así como las aduaneras en puertos y aeropuertos.
«Independientemente de lo que pase con García Luna, en este juicio aprendí dos cosas, una peor que la otra. Primero, que México es un narcoestado: segundo, que la Fiscalía estadounidense no tiene el menor escrúpulo para sacar adelante sus casos». Sobre todo cuando se apoyan en testigos cuyas condenas se redujeron tras colaborar con la justicia, declaró a la AFP Peniley Ramírez, autora del libro «Los millonarios de la guerra» del sexenio de Calderón contra el narcotráfico.
El pasado martes, uno de los testigos más esperados, el ex fiscal de Nayarit Edgar Veytia, que cumple 20 años de cárcel en Estados Unidos por tráfico de drogas, mencionó por primera vez el nombre del entonces presidente.
Según Veytia, el entonces gobernador Manuel González le informó que en una reunión con Calderón y García Luna le instruyeron que apoyasen a Joaquín «Chapo» Guzmán, en detrimento del cartel de los hermanos Beltrán Leyva, para hacerse con el control del cartel de Sinaloa.
En un tuit, el expresidente tildó de «absurdas» las declaraciones que reporta la prensa sobre testimonios de Veytia. «Lo que señala sobre mí es una absoluta mentira. Nunca negocié ni pacté con criminales», aseguró.
García Luna se instaló en Estados Unidos cuando dejó el gobierno mexicano en 2012. Seis años más tarde, solicitó la ciudadanía estadounidense. Lo detuvieron en 2019 en Dallas.
Para la defensa todo el caso se ha construido con los testimonios de las «víctimas de la guerra al narcotráfico» de Calderón que quieren reducir su condena y vengarse del «rostro de la guerra».
