Imagen: Redes Sociales
- En una situación de precariedad económica, grupos de mujeres se han organizado para la venta e intercambio de ropa “premium” a bajos precios
Facebook está plagada de grupos de venta e intercambio de artículos de todo tipo; desde ropa, zapatos, aparatos electrónicos, comida, muebles, libros y hasta servicios, pero dentro de ese vasto universo existe un grupo pensado en la economía, la reutilización de ropa y el intercambio.
Desde hace siete meses, Ren Sánchez Fogarty administra un grupo en dicha red social que se dedica a la venta y trueque de ropa, calzado y accesorios, ofreciendo la oportunidad a mujeres de todos los niveles socioeconómicos de comprar artículos de marcas internacionales a un bajo precio.
Versace, Louis Vuitton, Prada, Armani, Ralph Lauren, Carolina Herrera, Swarosvky, Michael Kors, Gucci, Dolce&Gabbanna, Prada y Channel son algunas de las marcas que las mujeres del grupo pueden comprar a menos de 500 pesos o intercambiar por otros productos.
Reciclando Ando, surgió de la necesidad de un grupo de mujeres de darle vida a ropa que estaba abandonada en su clóset. Eso sí, la ropa debe estar en buen estado, limpia y conservando su calidad.
Así, la comunidad se ha convertido en un rincón que aporta un grano de arena a la economía de cada hogar al que llega.
Mónica, secretaria y madre soltera de 43 años, sufre desde hace tiempo los estragos de la falta de empleo y la mala economía que aqueja al país.
“Hace tres años la empresa en donde trabajé durante mucho tiempo cerró sus puertas. De un día para otro me vi a los 40 desempleada y con la necesidad de mantener sola a mi hijo adolescente”, cuenta Mónica, una de las clientas más recientes de Reciclando Ando.
“Luego de mucho tiempo de buscar empleo, porque ya nadie quiere contratar a la gente mayor de 30, tuve la oportunidad de encontrar un trabajo de secretaria, claro que es difícil acabar la quincena con lo caro que está todo”.
Mónica narra que el dinero que gana apenas es suficiente para cubrir sus necesidades básicas: comida, servicios, escuela y salud, pero hablar de comprar ropa o calzado, para ella o para su hijo, significa un lujo que no siempre se puede dar.
“Cuando supe de este grupo por una de mis primas y comencé a ver las ofertas que había me emocioné muchísimo. He llegado a comprar chamarras para mi hijo y tenis, todo a menos de 500 pesos por pieza. Yo me compré dos pares de zapatos de muy buena calidad en 400 pesos, algo que ni en los mercados consigo”, comenta.
Esto es un aliciente para Ren Sánchez y sus dos socias y fundadoras del grupo, Aurora López Portillo y Beatriz Cabrera, quienes están conscientes de la importancia de reciclar prendas de vestir, calzado y accesorios , no sólo para la economía, sino para el medio ambiente.
“Creo que esto de reutilizar ropa es un tema que apenas estamos comenzando a entender; apenas estamos conociendo su importancia”, comenta Ren Sánchez.
No contaminar
De acuerdo con la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), la industria de la moda es la segunda más contaminante del mundo. Los datos de 2019 señalan que 7 billones de personas consumen más de 100 billones de prendas. Para lograrlo, la industria utiliza cada año 93 mil millones de metros cúbicos de agua, un volumen suficiente para satisfacer las necesidades de cinco millones de personas.
También, cada año se tiran al mar medio millón de toneladas de microfibra, lo que equivale a 3 millones de barriles de petróleo. Además, produce más emisiones de carbono que todos los vuelos y envíos marítimos internacionales juntos.
Todo esto para producir ropa que muchas veces no llega a venderse, ni a ser estrenada, que acaba en la basura y solo muy pocas prendas son recicladas.
“En este grupo sabemos lo importarte de reutilizar las cosas y darle vida a las prendas que ya nadie quiere usar. También aceptamos el cambio, tú dices yo tengo una prenda ‘x’ y la cambio por otra que necesito”, explica la fundadora de Reciclando Ando.
Se vale venta para reciclaje, cambio; además se puede pedir mejor precio. Algunas aceptan pagos, otras prefieren apartar la prenda y pagarla después.
Para ser congruentes con el tema premium, Ren y sus socias verifican cada una de las prendas y productos que se suben al grupo, en especial comprobando que se traten de piezas originales.
Las administradoras del grupo revisan las ventas online de las marcas para cerciorarse que el precio que se ponga sea mucho menor.
Además, visitan los grandes almacenes para conocer las ofertas y ventas especiales “para que cuando ellas suban sus prendas sepan que estamos atentas a las ofertas y sus precios deben estar al menos un 50% abajo del precio de oferta”.
“Checamos las colecciones de los grandes diseñadores para saber de qué temporada son sus prendas (bolsas o zapatos) y por ende estas deben ser muy baratas por no ser nuevas temporadas”, comenta.
Para ofrecer seguridad a la comunidad, Ren explica que el grupo es cerrado y únicamente se aceptan a mujeres con recomendación de las mismas integrantes.
En siete meses de operación, sólo han tenido que sacar a una persona del grupo por no quedar bien con una compra y hasta el momento jamás se ha presentado algún incidente como fraude o robo.
“Vigilamos en todo momento que en el grupo haya armonía y empatía. Está prohibida la venta para negocio o para recuperar la inversión original. El tema de reciclaje es también un tema de desapego y a veces eso nos lleva tiempo entenderlo”, señala.